Gracias a hombres como José Miró Argenter, hoy todos los cubanos conocemos y amamos la historia de nuestro país. Su obra, Crónicas de la Guerra, se sitúa entre los libros indispensables para comprender la tradición patriótica de nuestro pueblo.

Miró Argenter nació en Cataluña, España, el 4 de marzo de 1851. Cursó el bachillerato en Barcelona y luego estudió dos años medicina. Arribó a Cuba en 1874 y poco tiempo después se estableció en Manzanillo.

El 22 de febrero de 1895, llegó a Manzanillo, provincia de Oriente, la nota de Juan Gualberto Gómez con la orden de alzamiento. Miró Argenter le propuso a Bartolomé Masó, no esperar al 23 para comenzar las acciones, por lo que ese mismo día partieron hacia la manigua. Pocos días después, Antonio Maceo regresaba al país y al recibir informes sobre la actitud del español, lo incorporó de inmediato a su Estado Mayor.

En la batalla de Peralejo, en  la antigua localidad de Bayamo del Oriente de Cuba, junto al general Maceo, obtuvo los grados de general de brigada; pero fue en Mal Tiempo, actual provincia de Cienfuegos, donde lo ascendieron a general de división. Siendo español, fue el primer miembro del Ejército Libertador, en obtener esa categoría.

Poco se conoce de la labor periodística de José Miró. En San Luis, provincia de Pinar del Río, trabajó como redactor de El Cubano Libre, además en La Habana, se hizo cargo de Vida Militar y colaboró con El Fígaro durante dieciséis años. Tenía filo en la pluma y claridad al expresar sus ideas; en una ocasión lo apresaron por un artículo contra la dominación española.

Durante los primeros años de la República se desempeñó como secretario de la Junta Liquidadora del Ejército Libertador y miembro de la academia de Historia de Cuba. Los últimos días de su vida los vivió en La Habana, hasta su fallecimiento el 2 de mayo de 1925.

José Miró Argenter era un hombre digno, peleando por una causa justa. Defendió a Cuba como un cubano más y fue el soldado más leal de Antonio Maceo.  Esto se evidencia en sus crónicas, donde sus ideales y su ejemplo permanecen vivos.