El coraje con apellidos
Uno más de la estirpe de los Maceo Grajales nació aquel 2 de febrero de 1849 en Majaguabo, San Luis, Oriente. En lo adelante, bastó saberlo hijo de Mariana y Marcos para comprender su bravura. Por eso con solo 19 años de edad se incorporó al Ejército Libertador junto a sus hermanos Antonio y Justo.
Fue José Maceo aquel otro corajudo, el combatiente de las tres guerras de independencia, una leyenda en el campo mambí, cuyo valor e intrepidez lo bautizaron para la posteridad como el León de Oriente. No podía ser otro el epíteto que se ajustara al ímpetu con el cual emprendía las cargas contra el enemigo.
Jovial y presumido, desinteresado y sincero era José; un hombre noble pero de disciplina férrea, de profundo sentimiento antiesclavista e independentista para la Patria colonizada, con altos principios éticos y morales, capaz de manejar el machete a la zurda y el revólver a la diestra.
La historia destaca su sensibilidad musical e intensa preocupación por la unidad dentro de las filas insurrectas; tanto como el amor y respeto por la familia, en especial por su madre, Mariana.
No habían transcurrido tres años desde su incorporación a las filas mambisas y ya ostentaba los grados de capitán. Participó entonces en un combate junto a su hermano Antonio —con quien muchas veces compartiría el campo de batalla y que, en más de una ocasión, se salvarían mutuamente la vida— contra una fuerza enemiga de cuatro mil hombres.
Aquel combatiente que integró junto a su hermano la expedición de la goleta Honor y que bajo el mando del mayor general Flor Crombet desembarcó por Duaba, Baracoa; fue el jefe, guía, centinela, sanitario y soldado que había dado antes el grito de: “Viva Cuba Libre” en las calles de Santiago de Cuba junto a Guillermón Moncada y Quintín Banderas. Iniciaron así la Guerra Chiquita en la parte sur de Oriente.
Fue José Maceo el hombre que secundó el grito de independencia de Carlos Manuel de Céspedes en octubre de 1868, libró más de 400 acciones militares en las que alcanzó el grado de mayor general del Ejército Libertador y soportó las peores condiciones impuestas por el enemigo durante la lucha y en las prisiones colonialistas. Ese hombre vive hoy en lo más alto de la Patria como legado y ejemplo para las generaciones de cubanos que resistimos la ofensiva imperialista en su intento por doblegar el espíritu de resistencia de nuestro pueblo.
Fuente consultada:
Folleto Efemérides y Conmemoraciones. Dirección Política de las FAR, 2013.
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