El abominable crimen de Tarará I
El 9 de enero de 1992 elementos inescrupulosos provocaron la muerte a cuatro combatientes en Tarará, con el objetivo de apoderarse de una embarcación para salir ilegalmente del país.
La política estadounidense hacia Cuba ha sido criminal y contradictoria. Esto último se pone de manifiesto en el tema migratorio, pues amenazan con una acción militar si ocurre un éxodo masivo, pero estimulan la emigración ilegal como consecuencia de la asfixia económica.
El año 1992 fue excepcionalmente precario en Cuba, provocado por el colapso de la URSS y el campo socialista, y el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos. Con el objetivo de destruir a la Revolución, este último gobierno abrió las puertas de su país a los cubanos que se lanzaran al mar, incluyendo a los que cometieron hechos delictivos graves para conseguir ese propósito.
Estimulados por esa criminal política, el 9 de enero de 1992, cinco hombres y dos mujeres tomaron la decisión de llevar a cabo el plan que llevaban días preparando. A simple vista, parecía un asunto sencillo, pues solo tendrían que apoderarse de una de las embarcaciones resguardadas en Tarará, lo que sería más fácil porque uno de los complotados hasta hace muy poco era trabajador del lugar.
Sin embargo, ellos sabían bien que lo más complejo era neutralizar al guardafronteras y al custodio que protegían el lugar. Para eso utilizaron el ardid de que el ex trabajador del lugar los entretuviera, y el resto de la banda usaría los machetes y las armas blancas que llevaban.
Hasta ese punto todo salió según lo acordado. Tanto el guardafronteras Orosmán Dueñas Valero como el custodio Rafael Guevara Borges, fueron sorprendidos mientras conversaban con el malhechor. El factor sorpresa impidió que se pudieran defender, y después de una buena andanada de golpes, yacían atados, y el fusil AKM y la pistola pasaron a las manos criminales.
Convencidos de que ya el trabajo había sido hecho, se dirigieron hacia el muelle, pero les fue imposible echar a andar una embarcación. A la garita había llegado la dotación policial integrada por el sargento de primera Rolando Pérez Quintosa y el sargento de tercera Yuri Gómez Reinoso, quienes intentaban desatar a sus compañeros.
Ante la imposibilidad de hacerse a la mar, los bandidos regresaron a la garita, y al ver a los policías comenzaron a disparar. Casi en el acto perdieron la vida Orosmán, Rafael y Yuri, mientras Rolando quedó muy mal herido.
Como los disparos fueron escuchados en la distancia, al lugar rápidamente llegaron refuerzos. Pese a su gravedad, Rolando aportó elementos identificativos del extrabajador, lo que permitió la rápida detención de todos los elementos criminales.
Después de 37 días, Rolando Pérez Quintosa finalmente falleció y miles de personas lo despidieron en nombre del pueblo de Cuba.
Fuentes consultadas:
- Adelante (2014). El crimen de Tarará. Adelante. Obtenido de https://www.adelante.cu/index.php/es/2014-04-18-18-32-41/sucesos/8386-el...
- Brito, A. (2024). A tres décadas del crimen de Tarará, el pueblo no olvida. Razones de Cuba. Obtenido de https://razonesdecuba.cu/a-tres-decadas-del-crimen-de-tarara-el-pueblo-no-olvida/
- Redacción Digital (2024). Recuerda Cuba víctimas del crimen de Tarará. Tribuna de La Habana. Obtenido de https://www.tribuna.cu/cuba/2024-01-09/recuerda-cuba-victimas-del-crimen-de-tarara
- Suárez, F. (2017). Crimen de Tarará: Consecuencia de una política aberrante. Trabajadores. Obtenido de https://www.trabajadores.cu/20170108/crimen-de-tarara-consecuencia-de-una-politica-aberrante/
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