Cuba no es, ni será terrorista III
Imagen tomada del sitio: Presidencia y Gobierno de la República de Cuba
Ahora que el gobierno de Biden retiró el calificativo de «estado que patrocina el terrorismo», conviene recordar cómo fue el tratamiento del tema durante la administración de Barack Obama.
El «poder fuerte» de George W. Bush afectó la credibilidad y legitimidad de las acciones de Estados Unidos, por lo que Obama propuso el «poder inteligente» y evitó repetir la frase «guerra global contra el terrorismo». En la Estrategia de Seguridad Nacional ponderó sobre todo a la organización terrorista Al-Qaeda y sus afiliados, así como las armas de destrucción masiva.
En el caso de Cuba, Obama «normalizó» las relaciones, para lo que desmontó algunas de las más retrógradas medidas de Bush, aunque se mantuvo el bloqueo y el propósito de destruir a la Revolución.
La presencia en el Informe de los países sobre Terrorismo en su acápite Estados Patrocinadores del Terrorismo, se mantuvo hasta 2014. Precisamente el informe, fue el más interesante y extenso, pues constituyó la antesala de la salida de Cuba de la «lista». Entre otros asuntos, aseguró que el país se había distanciado del terrorismo internacional y había fortalecido su ley antiterrorista.
En los informes de 2015 y 2016, por primera vez desde 1982, el nombre de Cuba no aparecía en ninguno de sus acápites. El entonces secretario de Estado, John Kerry, cuando estaban próximos a la conclusión del texto de 2015, declaró que, Cuba «no ha proporcionado ningún tipo de apoyo al terrorismo internacional durante los seis meses previos» y ha dado «garantías de que no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro». El 8 de abril de 2015, Kerry recomendó a Obama que retirara a Cuba, lo que ocurrió una semana antes de que este último sostuviera una breve reunión en Panamá con el General de Ejército, Raúl Castro Ruz.
El Departamento de Estadoexpresóen un comunicado: «Si bien Estados Unidos tiene preocupaciones y desacuerdos significativos con una variedad de políticas y acciones de Cuba, estas caen fuera de los criterios relevantes para la rescisión de la designación de Estado Patrocinador de Terrorismo».
Como era de esperarse, ante la posibilidad de sacar a Cuba del informe, los políticos anticubanos Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart y Albio Sires, enviaron una carta a Kerry exigiéndole no lo autorizara. La vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland, declaró que esa información era «incorrecta», y la negó categóricamente. Díaz-Balart manifestó que «Obama le ha dado concesiones al régimen», convirtiéndose esta en una de las líneas de mensajes principales para intentar desacreditar y deslegitimar en el discurso las intenciones de la administración.
A partir de esa decisión del gobienro estadounidense se tomaron otras medidas, pero una de las principales fue la reapertura de las embajadas en ambos países. El entonces presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, lo describió de la siguiente manera, «la Administración Obama ha entregado al régimen de Castro una victoria política significativa a cambio de nada». Por eso algunos críticos calificaron la decisión como el «error de 2015».
Bibliografía
- Cubadebate (2024). Gobierno de Estados Unidos retira a Cuba de espuria lista de países patrocinadores del terrorismo. Cubadebate. Obtenido de http://www.cubadebate.cu/noticias/2025/01/14/gobierno-de-estados-unidos-...
- Rivera, O. (2024). Cuba: El enemigo que no existe. Apuntes para entender la retórica anticubana de las administraciones estadounidenses. La Habana: Editorial Política Internacional.
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