Donde el sol sale por el Oeste
Cuando llegas a la Brigada de la Frontera (BF), Orden Antonio Maceo, y te asignan la nueva misión, encuentras ejemplo y guía en un joven que por su historia allí, se convirtió en mártir. En el batallón que precisamente lleva su nombre, te desempeñarás.
En lo adelante sentirás multiplicado el compromiso con Ramón López Peña, ese soldado que en cumplimiento de un deber como el que ahora te corresponde, fue vilmente asesinado hace 59 años.
Al pertenecer al Batallón del Oeste de la BF te sabes parte de una continuidad de bisoños tan alegres y profundos como los describió el Che, y por eso cumples sin vacilación, el deber más sagrado de un revolucionario.
Entonces experimentas el primer servicio de guardia; estás frente a un enclave militar estadounidense, ves a sus marines moverse con las armas en la mano y un sentimiento profundamente antimperialista te cala muy dentro. Continúas en vigilia, observando a ese enemigo que está justo en una porción de tierra del país que te vio nacer.
Ramón también lo hizo, él era el pueblo de Cuba entero aquella noche en la posta 44 de la Brigada, piensas mientras observas esa línea de enfrente donde está el territorio ilegalmente ocupado.
En tu memoria los disparos de odio que aquel 19 de julio de 1964 cegaron la vida del joven; respiras valor, ahora eres más consciente de la importancia de estar allí y del riesgo que entraña lo que haces. Conoces de crímenes similares provenientes de las postas norteamericanas, ya has ojeado A escasos metros del enemigo, el libro de la Casa Editorial Verde Olivo que cada combatiente conoce al llegar a la BF. Pero tu recuerdo vuelve a Ramón a él lo arrancaron de su sueño de hacerse militante de la juventud comunista, de su postura firme ante las provocaciones.
Los testimonios ofrecidos a las autoras Felipa Suárez y Pilar Quesada en ese volumen, legitiman el temple del muchacho. Las palabras que dijo a su progenitor cuando éste le pidió que se cuidara convidan a la firmeza: ¡«Papá, esto es de Patria o Muerte»!
Ramón López Peña se multiplica en cada joven que permanece custodiando las fronteras de nuestro territorio. Ellos cuidan hoy el sueño de miles de cubanos.
Desde allí, la historia sobre él la sientes diferente, más cercana. Entonces, cuando concluimos con el deber que nos asignaron un día, formamos parte de un puñado de hombres y mujeres privilegiados. Decir: yo fui integrante de la BF es una suerte que agradecemos siempre. Algo de la luz que recibimos del mártir se queda en nosotros, mientras él sigue irradiando con su ejemplo a otros, como sol naciente por el Oeste.
Fuentes Consultadas:
A escasos metros del enemigo. Felipa Suárez y Pilar Quesada. -Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 1996.
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