Ser una Mariana es tener bravura, coraje, fuerza, tomar decisiones inquebrantables, darlo todo por una causa, resistir y el mayor apelativo, en materia de entereza, que puede darse a una mujer.

Su familia constituye uno de los mayores baluartes de Cuba; sin embargo aún resultan insuficientes los análisis y estudios acerca de su linaje. Por ello la doctora Damaris Amparo Torres Elers salda una deuda con la historia mediante el libro De la estirpe de Mariana, bajo el sello de la Casa Editorial Verde Olivo.

El principal mérito del volumen radica en su enfoque hacia todos  los integrantes de la también conocida como «tribu heroica». En publicaciones anteriores solo se hace referencia a sus principales figuras, dando lugar a numerosas incógnitas y leyendas sobre personalidades que, aunque son poco conocidas, no están ausentes de la historiografía de la Isla. Con este propósito el mayor general Antonio Maceo Grajales, figura más prominente dentro de la estirpe, no está incluido en la obra.

La autora hace gala de sus dotes como investigadora en este trabajo, que deviene resultado de muchos años de estudio y dedicación. Sean estas páginas, reforzadas con indagaciones documentales y bibliográficas, un homenaje a los descendientes de Mariana Grajales, quienes supieron estar a su altura.

En ocasión de su muerte en 1893 José Martí escribe sobre ella en Patria: « ¿Qué había en esa mujer, qué epopeya y misterio (…), qué santidad y unción hubo en su seno de madre, qué decoro y grandeza hubo en su sencilla vida, que cuando se escribe de ella es como de la raíz del alma, con suavidad de hijo, y como con entrañable afecto? Así queda en la historia, sonriendo al acabar la vida, rodeada de los varones que pelearon por su país, criando a sus nietos para que pelearan (…) ». Tal descripción es la base justa del epíteto que la enaltece como Madre de la Patria.