Prevenir para erradicar

17 de Agosto de 2021

La vacuna constituye una modalidad de la medicina preventiva que salva vidas. Foto: Internet

En mayo de 1974 la Asamblea Mundial de la Salud, asesorada por la Organización Mundial de la Salud (OMS),establecía y recomendaba el Programa Ampliado Global de Inmunización. Para ese entonces, hacía diez años que una pequeña Isla del Caribe defendía la mejor de las premisas en las ciencias médicas: la prevención.

 

La campaña de inmunización antipolio marcó, desde el año 1962, el inicio de un largo camino hacia la transformación decisiva del cuadro epidémico del país. Ello redujo considerablemente el número de enfermos y fallecidos por padecimientos prevenibles, y mejoró los indicadores de salud de la población cubana.

De esta forma nacía el Programa Nacional de Inmunización (PNI). El esquema de salubridad que logró librar la batalla ancestral contra la poliomielitis, enfermedad que tanta muerte y sufrimiento causó a familias enteras.

 

Un poco de historia

 

Con anterioridad a 1959, la única vacuna aplicada en la Isla combatía las formas graves de la tuberculosis. Aun así la distribución a nivel nacional no superaba el 5%.

 

En aquel momento la tasa de incidencia y de mortalidad por enfermedades prevenibles era elevada. Luego del Triunfo de la Revolución en enero de 1959, esa realidad cambió, la salud y la educación se convirtieron en prioridades.

 

Hoy, esta variante de medicina preventiva, que además cuenta con las particularidades de ser gratuita, de fácil acceso, integrada al primer nivel de atención y de gran participación comunitaria, permite a la nación alcanzar coberturas superiores al 98 % de vacunación a lo largo y ancho del territorio nacional, aportando un elevado nivel inmunitario en la población.

 

Logros certeros

 

Vencer la poliomielitis estuvo en la mira de la primera campaña vacunatoria. Se llevó a cabo con la premisa de controlar la incidencia del padecimiento y neutralizarlo con dos dosis, aplicada a más de 2,6 millones de niños menores de 15 años, lo que representó el 35 % de la totalidad del país.

 

Apenas cuatro meses después era eliminada la morbilidad. El impacto alcanzado fue excepcional. Erradicarla ha sido el resultado más relevante de la salud pública revolucionaria cubana en este campo. Su destierro, conjuntamente con el de la viruela y la fiebre amarilla más de medio siglo antes, fue un resultado de alto valor humanístico, sanitario, político, económico y social.

 

El libro Vacunas*, bajo el sello de la Editorial Ciencias Médicas, describe el suceso de la siguiente forma: “Desapareció el drama humano de muerte e invalidez de centenares de casos cada año, a un costo bajo, con notable repercusión social”. Ello significó un parteaguas no solo en la salud pública cubana, sino en la región de las Américas.

 

No solo la polio

 

Para septiembre de 1962 dio inicio el empleo de la vacuna triple contra difteria, tosferina y tétano. Para 1979 ya había sido eliminada la difteria y en 1994 la tosferina. El tétanos adulto y neonatal, con tasas inferiores a 0,1 por 100 000 habitantes desapareció desde el año 1972, apenas una década después de comenzarse la vacunación. El sarampión constituye otra de las enfermedades suprimidas en, cuyo último caso se registró en julio de 1993. Asimismo, la Mayor de las Antillas fue el primer país en desterrar la rubéola y la meningoencefalitis.

 

Actualmente se administra 12 vacunas que protegen contra 13 enfermedades. Entre ellas destaca la pentavalente, producida enteramente en el país, como resultado del desarrollo científico y técnico alcanzado.

 

Las vacunas son seguras y no se limitan solamente a la población infantil, sino que se administran también a grupos de riesgo para prevenirlos. La organización y funcionamiento del PNI, mediante la vacunación sistemática y sostenida en el tiempo, ha tenido un impacto decisivo en los indicadores de salud de la población cubana, evidenciado en la eliminación de seis enfermedades inmunoprevenibles: poliomielitis (1962), difteria (1979), sarampión (1993), rubéola (1995), parotiditis (1995) y tosferina (1997).

 

Referencia

*Recopilación de documentos de diferentes épocas y autores, a cargo del profesor Francisco Rojas Ochoa, que recorre de manera exhaustiva cinco décadas de vacunación en el país.

  • Cuba garantiza, desde edades muy tempranas, la inmunización de la población. Foto:Internet

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