Desde el 26 de mayo de 1958 el Comandante Corzo Izaguirre, jefe del Batallón 17, había llegado a Las Mercedes como parte de la Gran Ofensiva de Verano del ejército de la dictadura, y permaneció  inactivo en el lugar hasta finales de julio. ¡Ahora sí!, tendría que combatir.

Para Corzo la única variante era romper el sitio con sus propias fuerzas o con el auxilio del mando superior. En tales condiciones el Comandante en Jefe Fidel Castro tomó la decisión de seguir estrechando el cerco al batallón y de colocar una fuerte línea de contención y rechazo a cualquier posible refuerzo que pudiera venir en su ayuda. El Che dirigiría el cerco.

La operación debía desarrollarse en un terreno de características diferentes. El relieve si bien no era completamente llano, era mucho menos accidentado que el de la montaña, lo cual daba cierta ventaja a los guardias.

Fidel expresó: “el Comandante Corzo […] intentó el 31 de julio […] salir de la ratonera en que se encontraba. Con esta acción se inició la Batalla de Las Mercedes, la última operación de la famosa ofensiva, que duraría toda una semana, durante la cual no se dejó de combatir un solo día”.

El combate se inició a las 09:00 horas y duró hasta el anochecer, momento en que la soldadesca tuvo que regresar a su guarida. El 2 de agosto los guardias intentaron tres veces romper el cerco pero fueron rechazados por la gente de Guillermo García y obligados a regresar a sus trincheras.

La mayor parte del tiempo Fidel dirigió la batalla desde su puesto de mando radicado en un alto del aserrío de Luis González en Jobal Arriba.

En la mañana del 5 de agosto la poderosa ofensiva del ejército, integrada por cuatro batallones y apoyada con artillería, tanques y aviación, continuó su avance en la dirección de Las Mercedes. Alrededor del mediodía los pelotones de Duque y Suñol, emboscados en Sao Grande, entablaron combate; después se retiraron a la loma de la Herradura.

Al caer la tarde, después de casi 5 horas de duro combate, el enemigo entró en Las Mercedes. Dos batallones tomaron posiciones a lo largo del camino del caserío señalado hasta Cerro Pelado para cubrir la retirada. A las 6:15 de la tarde del 6 de agosto las tropas del ejército se alejaban en fuga precipitada, perseguidos de cerca por las fuerzas rebeldes hasta unos 4 km del central Estrada Palma. Ese mismo día nuestra tropa ocupaba Las Mercedes.

Fidel señaló: “Terminaba así, el 6 de agosto, la Batalla de Las Mercedes […] para nosotros, el saldo de la batalla había sido costosa: ocho muertos y 17 heridos […] se pudieron contabilizar 24 cadáveres enemigos e incontables número de heridos, fueron hechos dos prisioneros, ocupados varios fusiles e inutilizados un tanque y una tanqueta”.

Por último acotó: “Otra unidad enemiga, el Batallón 17, quedaba desarticulada. Pero el resultado estratégico más significativo era que el ultimo pedazo de territorio en la Sierra Maestra, ocupado por el enemigo, quedaba definitivamente liberado”.

Fuente consultada:

• Castro Ruz, F. La Victoria Estratégica. Pág. 645, 646, 700.