Con el fracaso de la huelga del 9 de abril de 1958, la dictadura envalentonada creyó oportuno, llegado el momento, dar una estocada final al núcleo central de la guerrilla en la Sierra Maestra.

Para ello aceleró los preparativos de la Gran Ofensiva de Verano, codificada como FF (fase final o fin de Fidel). Contaban con una fuerza de 10,000 efectivos, artillería, morteros, tanques, aviación y marina. “El enemigo se proponía penetrar la zona de La Plata desde tres direcciones convergentes”.

El Comandante en Jefe Fidel Castro, luego de analizar multilateralmente la situación, decidió: “organizar una defensa escalonada de nuestro territorio base que permitiera resistir metro a metro el avance enemigo, irlo frenando y desgastarlo hasta detenerlo […] en espera del momento oportuno para lanzar el contra ataque”.

El 25 de mayo comenzó la ofensiva enemiga contra el caserío de Las Mercedes por el 17 batallón reforzado. En ese momento el Ejército Rebelde no rebasaba los 230 hombres con armas de guerra.Desde esa mañana la aviación enemiga inició sus ataques contra las supuestas posiciones rebeldes.

“Su acceso estaba solo protegido […] por una escuadra rebelde de poco más de una docena de hombres al mando del capitán Ángel Verdecía”.

En horas de la tarde del propio día los hombres de Verdecía harían la primera resistencia. La sorpresa paralizó el avance enemigo durante un buen rato.No obstante, su superioridad obligó al capitán rebelde a ocupar una segunda posición a las 17:00 horas. Antes del anochecer el enemigo cayó en una mina que le causó varias bajas.

Al amanecer del día 26 se reanudó el combate, se luchó tenazmente,pero tuvieron que retirarse a una tercera línea de defensa. Finalmente, después de una última resistencia, Angelito dio la orden de replegarse organizadamente.

A las 18:45 horas del día 26, el enemigo pudo entrar a Las Mercedes después de 30 horas de combate contra menos de 20 rebeldes.

Las cifras de bajas del ejército no pudieron determinarse, pero fueron numerosas. La escuadra rebelde no sufrió bajas.

“Para el enemigo, esta primera resistencia en Las Mercedes; resultó un golpe psicológico importante […] más grave aún fue constatar que las fuerzas rebeldes eran capaces de sostener con éxito una lucha de posiciones, desarrollar una táctica defensiva de desgaste progresivo, que por primera vez se veían obligados a enfrentar”.

Fuente consultada:

Fidel Castro Ruz.La Victoria Estratégica. Pág. 17,19,20,50,60. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, 2010.