La Artillería Terrestre es un arma de larga data dentro de la historia de lucha del pueblo cubano. Ejércitos Libertador y Rebelde, Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y varios exitosos desenlaces así lo atestiguan.  

Los hechos, primero alimentados en la manigua y después en las serranías y llanos del territorio nacional, se explican por sí solos. Le llaman la diosa de la guerra y no es en vano. Donde exista una pieza se hace notable su presencia, y si la opera un patriota lo más aconsejable para el adversario resulta encomendarse al cielo.

Sesenta años han pasado desde el llamado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 2 de noviembre de 1960, para recibir cursos intensivos de preparación artillera, al que respondieron masivamente miles de hombres y mujeres.

¿Quiénes somos?

La carrera regular para formar oficiales de nivel superior de tres años, es el método para graduar al Licenciado en Ciencias Militares en la especialidad  de Artillería Terrestre.  Durante los estudios, el educando recibe elementos y métodos avanzados. Para ello tiene a su alcance aulas modernas, laboratorios, técnica y literatura actualizada. El claustro de profesores encargado de la preparación posee elevada experiencia docente, científica, pedagógica e investigativa. Todos estos factores le posibilitan, una vez graduado,  desempeñarse correctamente como jefe.

Este profesional responde por la educación, el estado político-moral y disciplinario de la tropa subordinada, así como por el cumplimiento exitoso de las misiones planteadas a su pequeña unidad.

También es responsable del mantenimiento de la disposición combativa y del orden reglamentario. Se ocupa, además, de la organización y realización de la preparación del personal, la ejecución de todos los aseguramientos a su nivel, el cuidado, mantenimiento y conservación del armamento y la técnica.

Liyoan Escalona Pérez,  teniente jefe de batería de un grupo de artillería de obus-122 milímetros, enseña con especial dedicación las cualidades combativas de su pieza y expresa: “Escogí la especialidad porque me gusta la vida militar. Esta es una rama que identifica bien a nuestro país, por su presencia en los principales combates y batallas en los que ha participado nuestras FAR”.

Un poco de historia

El ataque mercenario por Playa Girón, con efectivos  financiados y preparados por el gobierno de EE.UU., constituyó el bautismo de fuego de las tropas artilleras dentro de la institución armada. Fue tan contundente el golpe de fuego de los obuses-122 milímetros, que las hordas desembarcadas, detuvieron su avance y comenzó entonces el contraataque revolucionario hasta llevarlos al cerco y la derrota final.

Años después unidades de ese tipo partieron hacia distintas latitudes de África, donde miles de cubanos vencieron las tropas que, al servicio del apartheid y el colonialismo, pretendían mantener subyugado a los pueblos de esa región.

De la Brigada de Artillería Campaña de Argelia, primera de su tipo en la Isla, partió el hoy Héroe de la República de Cuba, coronel Orlando Cardoso Villavicencio, artillero terrestre, hacia su misión militar en Etiopía.

“Me consideraba honrado de formar parte de una unidad de lanzacohetes múltiples BM-21, agrupación diseñada para cosechar triunfos con su rotundo poder de fuego. Ya conocía sus características y su devastador alcance porque en Cuba pertenecía a una igual. Al frente de nuestro grupo se encontraba el oficial que en aquel momento considerábamos el más conocedor de esa arma en Cuba, el entonces teniente coronel Álvaro López Miera, hoy general de cuerpo de ejército, viceministro primero, jefe del Estado Mayor General de las FAR y Héroe de la República de Cuba, quien disfrutaba de una merecida popularidad entre los subordinados”, destacó Cardoso Villavicencio en su libro Reto a la soledad.

Otras páginas gloriosas fueron la firmeza mantenida durante la Crisis de Octubre y el papel desempeñado en la Lucha Contra Bandidos.

El general de brigada Raúl Omar Acosta Gregorich, jefe del Ejército Occidental, rememora sus años de estudiante al alegar: “Cuando llené la planilla me inscribí para ser piloto, pero no me aceptaron porque no cumplía con algunos requisitos físicos. Luego me dieron un listado de otras especialidades, pero no tenía conocimiento sobre ninguna de ellas. Marqué Artillería sin saber qué era, y luego me enamoré de la especialidad. De eso no me arrepentiré nunca”.

Un brillo singular denota en sus ojos cuando se refiere a la preparación militar. Considera que el ímpetu y la gallardía son cualidades imprescindibles para cualquier hombre o mujer que maneje el arma. Además, acotó: “La Artillería Terrestre es una especialidad muy completa porque, para usarla bien, es necesario tener conocimientos sobre tropas generales. Creo que la integralidad que aporta es lo que propicia que la mayoría de nuestros principales jefes sean, precisamente, artilleros”.

Formando nuevas generaciones

Numerosas generaciones de cubanos se han formado bajo el dominio de la diosa de la guerra. Tranquila, serena y segura se mostró la primer teniente Yinet Orta Hernández, jefa de pelotón de mando, al conversar con Verde Olivo. A pesar de la sensibilidad propia de las féminas, es notable en su carácter la fuerza de quien se abre paso en un mundo que antes era considerado exclusivamente para hombres.

“Escogí este arte militar por su armamento. La pieza que más me gusta es el BM-21. Cada vez que hay una salida al terreno deslumbra, porque irradia luz y un sonido fuerte y profundo. Ser testigo de su poder de fuego es algo indescriptible”, aseveró Orta Hernández.

Defender las conquistas de la Revolución, elevar la disposición combativa y prepararse para la vida en campaña devienen prioridad para los jóvenes que cumplen el Servicio Militar Activo (SMA) en el Regimiento de Artillería de la Región Militar de Mayabeque. Allí han aprendido todo lo referente al armamento y se sienten preparados para defender el suelo patrio.

“Ejerzo el cargo de sirviente de pieza.  La vida en campaña es difícil pero no imposible, siempre y cuando todos tengamos la misma visión, para  lograr así los objetivos propuestos. Recordaré con especial cariño todo lo que viví durante estos años”, refirió el soldado Pedro Luis Corrales González.

Con el objetivo de darle continuidad a la obra revolucionaria y a la gloria artillera, el trabajo político con los subordinados se torna intenso y mancomunado. Las organizaciones de masa juegan un papel fundamental en esta función, debido a que marca la diferencia de caracteres desde que llegan procedentes de la previa hasta que culminan sus servicios.

De pronto se interrumpe el silencio habitual. Detrás del enmascaramiento y la maleza avanzan, cautelosas y certeras, las dotaciones. No temen a la cantidad ni al poder del armamento enemigo, porque conocen bien el alcance, poder y maniobrabilidad de su arma. Están seguros de que la artillería es fundamental para alcanzar la victoria.

Corre el sudor por sus cuerpos, la ropa traduce la humedad, es un momento de tensión. Escuchar las voces de mando para cumplirlas  a cabalidad determina el logro de la misión.

El tiro combativo permite a los más jóvenes acostumbrarse al estruendo. En estas prácticas se mezclan ímpetu, voluntad y experiencia, logrando un balance que se traduce en fortaleza.

Se trabaja en perfeccionar la dirección de fuego, hacerlo más preciso y oportuno, así como en disminuir el tiempo de cumplimiento de las misiones para neutralizar las fuerzas vivas y carros blindados del adversario.

De la precisión de sus cálculos depende la efectividad del disparo y también el tiempo de exposición de nuestras tropas. Astucia y coraje se combinan en el momento de distinguir  la distancia de los blancos.

Osvel González Hernández es un soldado que se desempeña como jefe de pieza. Evoca los momentos de su primer ejercicio táctico, cuando todo era nuevo para él, y expresa: “Al principio fue difícil pero me impresionó el armamento, y enseguida sentí ganas de experimentar la adrenalina del disparo”.

Paralelamente a la superación del personal se moderniza la técnica y se aumentan sus cualidades combativas, vitalidad, eficiencia y velocidad.

Sacrificio, responsabilidad, astucia, rapidez, creatividad y amor por el arma los caracterizan. Por eso hoy, en el aniversario 60 de la creación por el líder histórico de la Revolución Cubana de las tropas de Artillería Terrestre en las FAR, los integrantes de sus unidades mantienen el orgullo y la firmeza de aquellos hombres que, en disímiles escenarios de combate, han hecho de esa arma un bastión inexpugnable de la Cuba revolucionaria y hacen suya la consigna del Comandante en Jefe: ¡Artilleros siempre al pie del cañón!