La batalla de Jigüe
El 10 de junio de 1958, como parte de la gran ofensiva de verano del ejército de la dictadura, desembarcó en Las Cuevas al sur de la Sierra Maestra, el batallón 18 al mando del comandante José Quevedo Pérez, con la misión de liberar a militares prisioneros en Puerto Malanga y avanzar en profundidad para enlazar con las fuerzas que atacaban desde el norte.
Para enfrentar esta peligrosa coyuntura, el Comandante en Jefe Fidel Castro decidió organizar una defensa de posiciones con el objetivo de frenar, desgastar, cercar y rendir al batallón enemigo.
El 19 de junio a las 11:00 horas, los guardias reanudan la marcha con un movimiento inesperado que toma por sorpresa a los rebeldes emboscados y se dirigen a La Caridad. Percatado de ello, el capitán rebelde Ramón Paz inicia una marcha rápida, logra llegar con antelación al referido lugar y aproximadamente a las 09:00 horas del día 20, se produce el combate, con el que es detenido el avance enemigo y obligado a retirarse al punto de partida.
El 22 de junio el 18 batallón se concentra en la playa La Plata. Su compañía G4 permanecerá en el punto para asegurar la logística. El 24 las otras dos compañías se dirigenhacia el interior del territorio; en la boca de Manacas, chocan con una posición rebelde, estos se retiran y el enemigo llega el 26 a Jigüe, donde establecen campamento y se fortifican.
El 5 de julio a las 10:20 horas, cuatro pelotones de soldados, procedentes de Jigüe, combaten con las fuerzas de Ramón Paz, en el Naranjal por espacio de unas 3 horas; el enemigo tiene que regresar a su lugar de origen.
El 10 de julio llega Fidel al alto de Cahuara y establece su puesto de mando, desde el cual dirigirá la operación.
El 11 dos pelotones enemigos emprendieron el camino a la playa para buscar suministros y evacuar los heridos. Apenas media hora después se enfrentan con la posición de Guillermo García, son rechazados y obligados a regresar. Se inicia la batalla.
El 14 el enemigo envía un segundo contingente al referido lugar, con idéntica misión. Por la tarde inician el movimiento y una hora después son contenidos por las fuerzas de Guillermo, que les causan varias bajas y los obliga a retornar nuevamente.
En la medida que pasaba el tiempo, el cerco se estrechaba y se agravaba la situación de los guardias: escases de alimentos, agua, impedidos de salir de sus trincheras, y bajo asedio de la guerra psicológica en distintas variantes.
El refuerzo desde la playa se inició el 17 de julio con la compañía G4 y el apoyo de una fragata. A las 11:00 horas la vanguardia enemiga es rechazada en Purialón por las fuerzas de Lalo Sardiñas y Andrés Cuevas; los dos primeros pelotones son desarticulados y tienen que regresar.
Un segundo refuerzo le es encomendado al Batallón de los Livianos reforzado. Salieron de la playa el 19 de julio poco después del amanecer, apoyados por la fragata, la artillería y la aviación. Alrededor de las 14:00 horas, la vanguardia enemiga se encuentra con los hombres de Cuevas y Lalo en el propio lugar y por la retaguardia son atacados por las fuerzas de Ramón Paz. Cae heroicamente Cuevas quien es ascendido de inmediato a comandante. El segundo día, son rechazados los débiles intentos de romper el cerco.
“Quevedo me avisó que a las 6.00 de la tarde (día 20) subiría a entrevistarse conmigo para tramitar la rendición… la conversación fue cordial…finalmente aceptó la rendición”. Durante toda la batalla fueron ocupadas 249 armas, se hicieron más de 240 prisioneros, de ellos más de 30 heridos y 41 muertos. La parte rebelde tuvo que lamentar 6 muertos y un número reducido de heridos.
“TERMINABA ASÍ UNA DE LAS ACCIONES DECISIVAS DE TODA LA GUERRA”
Fuente: La Victoria Estratégica. Fidel Castro Ruz. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, 2010.Pág. 567 y 570.
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