Yo no sé callar
Un día, ante la pregunta de quién fue Félix Varela, escuché decir a jóvenes: «un cura», «un revolucionario», «un patriota». Eso llevó preguntarme si realmente lo conocíamos, y si todavía tenía cosas que decirnos.
Nació en mí la idea de hacer algo para traer al presente, y a los jóvenes, el pensamiento Vareliano. En la medida en que me adentré en la investigación sobre su persona, fui enamorándome de su causa que, muchos años después, sigue siendo la mía.
¿Cómo se explica que falleciera pasados unos días del nacimiento de José Martí? Quiero creer que solo se murió, pese al estado deplorable en el que se encontraba, cuando al mundo llegó un cubano universal.
Mientras vivió Varela, fue el cubano de mayor proyección que se conozca. Su impronta la dejó en discípulos tan adelantados como José de la Luz y Caballero, José Antonio Saco y López Cisneros, Domingo del Monte y Aponte, Felipe Poey Aloy y José María Heredia y Heredia.Tanta fue su luz, que lo mandaron a matar más de una vez, porque siempre hubo infames que creyeron que la idea podía asesinarse.
La novela resultante fue publicada por la Casa Editorial Verde Olivo. Es un texto complejo en su estructura, porque complicada fue la vida de Varela.
Se divide en tres partes principales y retoma el género epistolario en buena medida como homenaje y guiño a su obra Cartas a Elpidio. La correspondencia que envía Varela a su amigo entrañable José de la Luz y Caballero, es fidedigna en fechas y algunos temas abordados, pero se reconstruye con otros elementos que ocurrieron en tiempos similares. Con respecto a las cartas de Lorenzo de Allo al Presbítero Don Francisco Ruiz, no existió más que una, y el resto recrea una realidad que bien pudo haber ocurrido. Triste comprobar el estado deplorable de Varela para cuando Allo lo ve casi a punto de morir.
Los restantes capítulos se refieren a momentos particulares e importantes de la vida deVarela, enriquecidos con licencias que toma el autor como si describiera hechos que presenció o le contaron de primera mano, pero que en todos los casos descansan sobre verdades esenciales y comprobadas. Ciertamente, fue enviado el Tuerto Morejón a que lo asesinara por 30 000 pesos, lo que los irlandeses evitaron; y también es verdad que su acta bautismal fue robada de la iglesia en la década del 90.
Invito a los lectores a recorrer estas páginas, que al final tienen el mérito de no ofrecer respuestas, sino preguntas que solo con su búsqueda acuciosa podrán responder. La última página no será el final del camino, sino apenas el comienzo.
Hora es que, al menos los jóvenes agucen su oído y escuchen con detenimiento lo que hoy más que nunca, Varela nos tiene que decir porque, a fin de cuentas, ¡seguimos siendo la dulce esperanza de la Patria!
A propósito del título, revelo que salió del impacto que causaron en mí estas palabras:
«Mas ya que todo el mundo calla, yo no sé callar cuando mi patria peligra y habiéndola sacrificado todos los objetos de mi aprecio, yo no la negaré este último sacrificio; su imagen jamás se separa de mi vista, su bien es el norte de mis operaciones, yo la consagraré hasta el último suspiro de mi vida».
Referencias:
- Rivera, O. (2024). Yo no sé callar. La Habana: Casa Editorial Verde Olivo.
file:///G:/2025/FEBRERO%202025/Omar%20Stainer/25-2-2025/Yo%20no%20s%C3%A9%20callar.htm
Comentarios
En este sitio no se admiten comentarios que violen, incumplan o inciten a romper legislaciones cubanas vigentes o atenten y dañen el prestigio de alguna personalidad o institución, así como tampoco aquellos que contengan frases obsenas, groseras o vulgares. Verde Olivo se reserva el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas antes expuestas.