Con el propósito de reconocer el papel protagónico de nuestros combatientes durante la guerra de liberación y de celebrar la creación del Segundo y Tercer Frente Oriental,miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) realizaron un encuentro con los protagonistas de estos hechos.

Entre los fundadores que asistieron se encontraban el general de división (r) Samuel Rodiles Plana, general de brigada (r) Gustavo Chui Beltrán, los coroneles (r) José Arias Sotomayor, Juan Carlos Borges Martí y Emil Oquendo González.

Con la inteligencia, el valor y la certeza del líder histórico de la Revolución, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en su concepción de lucha estratégica avizoró que para lograr la victoria era necesario extender la guerra a otras zonas del país.

Es así como de la columna madre surgen en primera instancia las columnas guerrilleras seis y tres, que se convirtieron en el Segundo Frente Oriental Frank País y el Tercer Frente Mario Muñoz respectivamente.

«Con 57 combatientes y un área superior a los seis kilómetros, el destacamento guerrillero asumió el nombre del médico del asalto al Cuartel Moncada, Mario Muñoz Monroy. El Tercer Frente fue decisivo en la concepción estratégica para enfrentar la ofensiva del ejército de Batista, que con unos diez mil integrantes pretendía abatir a las fuerzas rebeldes con un poderoso despliegue de hombres y medios», expresó el general de brigada (r) Gustavo Chui Beltrán.

«El 11 de marzo la columna de Raúl fundó el II Frente Oriental, nombrado “Frank País” en honor a ese héroe. Raúl debía poner bajo sus órdenes  a los grupos armados creados con anterioridad por el Movimiento 26 de Julio (M-26-7) en esa región.

»En el territorio existían, además, bandas delincuenciales que se hacían pasar por guerrilleros revolucionarios pero saqueaban y violentaban a la población. Sobre ellos se aplicó la justicia del Ejército Rebelde en juicios públicos. A los que se les demostró que cometieron asesinatos, fueron fusilados», expuso el general de división (r) Samuel Rodiles Plana.

La historia de las naciones la hacen y escriben los pueblos, algunos hombres y mujeres son protagonistas de hechos trascendentales, de hazañas gloriosas que perviven en el tiempo, pero es deber de cada cual conocerla, aprenderla, vivirla, amarla y, sobre todo, defenderla.