Armando Hart Dávalos: un intelectual en acción

27 de Junio de 2025

Armando Hart Dávalos.Foto:Ecured

 

  

La tarde del 26 de noviembre de 2017, a los ojos de Armando Hart se asomó una vida entera. Aquellas pupilas lo habían visto todo. La lucha clandestina, el peligro, la cárcel, tantas muertes: de compañeros, de su hermano Enrique, de su amada Haydee, incluso de sus hijos Celia y Abel. También, el triunfo de enero y las faenas inmediatas, gigantescas.

 

Hart fue el primer ministro de educación del gobierno revolucionario, desde los días iniciales de 1959. Dos años después, con la guía de Fidel, dirigió la campaña de alfabetización que puso horcones de letras, números, conocimientos, al futuro de la isla.

 

Apenas creado el ministerio de cultura, a mediados de los años 70, se le designó como titular. Al frente de esa institución mantuvo un diálogo fluido con la vanguardia intelectual del país, impulsó la enseñanza artística, el movimiento de artistas aficionados, la eclosión de talento y belleza.

 

En 1997, fue nombrado director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural «José Martí». Se consagró entonces a una de las pasiones de su vida: el estudio y la irradiación del pensamiento del Apóstol, el intercambio con los jóvenes, a quienes insistía en la importancia de la unidad lograda por Martí y por Fidel para llevar a buen puerto la obra de la revolución. Escribió mucho en esa época: ensayos, periodismo, libros de obligada consulta sobre Martí, Cuba, la política cultural y los retos del socialismo en el siglo XXI. Su labor intelectual obtuvo merecidos reconocimientos de universidades y otras instituciones cubanas y extranjeras.

 

Hart era un polemista agudo, inteligente. Entre aquellos con quienes debatió, estuvo el Che Guevara. El argentino universal apreciaba los enjundiosos intercambios con Armando.

 

Asimismo, respondía cuando la acción llamaba. Se jugó la vida retando a la tiranía batistiana en las ciudades, al tiempo que la guerrilla rebelde liberaba a tiro limpio la Sierra Maestra. Fue de los fundadores del Movimiento 26 de Julio, cercano a Frank País.

 

Dos veces, resultó preso Hart. La primera, se escurrió de las manos de sus captores mientras lo conducían a los tribunales. En la última ocasión, lo confinaron al Presidio Modelo de la otrora Isla de Pinos. Allí supo del triunfo revolucionario en enero de 1959.

 

Antes del Movimiento 26 de Julio, perteneció a la Juventud Ortodoxa. Esos jóvenes cubanos veían en el liderazgo de Eduardo Chibás, y en su divisa «Vergüenza contra dinero», la recuperación posible de la dignidad nacional. Hart coincidió con Fidel en esa militancia. También, en los estudios de Derecho en la Universidad de La Habana. Y en tantas cosas a partir de entonces.

 

Todo eso lo evocó Armando la tarde del 26 de noviembre de 2017, cuando sus pulmones susurraban y él intuía que estaba a punto de nacer por segunda vez —ahora definitivamente, como los grandes—. Había surgido a la luz desde el tibio vientre materno, el ya lejano 13 de junio de 1930, en La Habana. De ese primer nacimiento suyo, se cumplen hoy 95 años. Honrémoslo en el recuerdo y en las obras.

 

Fuente:

  1. Ecured: Armando Hart Dávalos.

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