Operaciones de información, decisivas en el combate moderno (I)

13 de Noviembre de 2025

El derribo de la estatua de Saddam Hussein en abril de 2003 fue manipulado para trasladar la falsa idea del fin de la guerra. Foto: Sitio web Radio TV española

 

 Las llamadas operaciones de información se han convertido en un recurso que puede resultar decisivo en el desenlace de un conflicto, por su capacidad para influir en la opinión pública, manipular la realidad, así como afectar la moral combativa del adversario; y todo ello en interés del que las ejecuta, sin tener que apelar al empleo de la fuerza.

 

Aunque no son los únicos, entre los objetivos de esas operaciones se cuentan el desacreditar a un país ante la opinión pública internacional y justificar sanciones y agresiones, así como atacar la imagen de una figura militar o política para socavar su credibilidad y prestigio. Se trabaja meticulosamente sobre la opinión pública y la audiencia objetivo hasta llegar a convencerla o confundirla.

 

Contrario a lo que se pueda pensar, las operaciones de información buscan incidir también no solo sobre el adversario y su población, sino sobre un público que puede ser neutral e incluso amigo, mediante un grupo de acciones que se caracterizan por su coordinación.

 

De la mano van en ellas acciones de propaganda, desinformación, guerra sicológica. Priman en la actualidad el empleo de las redes sociales, manipuladas a placer, y los muy peligrosos ciberataques, todo con el objetivo de alcanzar la ventaja sobre el rival.

 

Los medios de comunicación tradicionales también forman parte de las herramientas que se emplean en apoyo a esas operaciones, ya sea en interés de cierta estrategia o para evitar que un diario o estación de radio o TV propague informaciones o del adversario que puedan afectar los objetivos de la campaña, ya sea mediática o militar.

 

Las operaciones de información se libran mayormente en el ciberespacio, que se ha convertido en un nuevo y creciente entorno en el que combaten a diario potencias tradicionales, emergentes, actores no estatales.

 

En ese combate se utilizan videos en los cuales se transmiten entrevistas, presuntos testimonios sobre un hecho determinado y «debidamente» manipulado. Se realizan reportajes en el terreno sobre un hecho, incluso cuando se puede estar a kilómetros del lugar y el hecho no haya existido o no haya tenido tanta importancia.

 

El estudio de conflictos en desarrollo u otros recién finalizados permite acercarnos a los métodos que se emplean y tener acceso a ejemplos concretos.

 

Por ejemplo, el 9 de abril de 2003, unos veinte días después del comienzo de la invasión a Iraq, la Infantería de Marina de EE.UU y un grupo de operaciones sicológicas del Ejército, ayudaron a crear el mito del derrocamiento del gobierno de Saddam Hussein, con la destrucción de una estatua de Saddam en la céntrica plaza Firdos, de Bagdad.

 

El derribo de la estatua fue difundido ampliamente por medios de prensa occidentales como un símbolo de la victoria. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, comparó el hecho con la caída del Muro de Berlín1. Sin embargo, investigaciones posteriores revelaron que nada fue tan espontáneo.

 

En ese acto se manipuló tanto el escenario como el tema, pues fue un Coronel de la Infantería de Marina quien promovió la idea y los ciudadanos iraquíes que aparecen derribando la estatua —que no eran tantos como se hace ver en las imágenes manipuladas— fueron convocados a través de altavoces por el grupo de operaciones sicológicas del Ejército2.

 

Sobra decir que el derribo tampoco significó el fin de la guerra, pues varios años más tarde las tropas estadounidenses permanecían en Iraq, tratando de sofocar un movimiento de resistencia a la invasión de un país que fue ocupado, y su liderazgo derrocado, sobre la base de otra mentira: las inexistentes armas de destrucción masiva que nunca aparecieron. Recuerden al para entonces secretario de Estado, Colin Powell, en la ONU, haciendo el ridículo mintiendo sobre las presuntas armas e intenciones del gobierno iraquí3.

 

El ahorcamiento de Saddam Hussein, «filtrado por accidente» a la prensa formó parte de las operaciones de información derivadas de aquella agresión, que se empleó en su momento para enviar un mensaje a los enemigos de EE.UU, sobre cuál podría ser su final si no claudican.

 

Referrencias

 

1www.ambito.com/mundo/rumsfeld/-cayo-muro-como-berlin-n3217724.

2  www. The New Yorker.com 2 de enero de 2011, «El derribo».

3  http://www.swissinfo.ch. 13 de maro de 2003,«Mentiras para justificar una guerra:  las armas de destrucción masiva».

 

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