El verdadero benefactor
El periodista y analista de la DW (filial de la alemana y también cadena internacional Deutsche Welle para Latinoamérica)Dirk Kaufmann nos reta con una sugestiva pregunta: ¿Está perdiendo Trump su guerra arancelaria con China? La interrogante rueda por todos lados, con respuestas diversas, aunque existe coincidencia en señalar que el magnate millonario, —por segunda vez al frente de la Casa Blanca—, ha puesto al mundo patas arribas.
No es que este —el mundo— estuviera muy derecho que digamos, pero ahora se nota marcadamente el carácter depredador del imperialismo, parapetado hipócritamente tras las máscaras de la democracia y los derechos humanos, en especial si se trata de enjuiciar a terceros. EE.UU 2025 no gobierna para su pueblo, porque se asienta con descarnado desparpajo en la reproducción de beneficios para los más ricos, por mucha oficina reguladora de gastos que implemente. Baste repasar la composición del actual gabinete.
De cara al futuro inmediato es probable que entre las élites estadounidenses se agudicen las contradicciones pues estamos viendo la emergencia de un sector que liderará definitivamente. Hablamos de las nuevas tecnologías, llevadas en su expresión máxima a lo militar. Y aquí entra la República Popular China (RPCH), la cual le lleva una enorme ventaja a Washington.
En ese sentido, el director ejecutivo de la Conferencia Tecnológica Web Summit Rio 2025, Paddy Cosgrave aseguró que en el mundo tecnológico EE.UU ya no es potencia dominante, no es hegemónica. Actúa como tal, pero ya no tiene el poder que solía tener.
Volvamos entonces a Dirk Kaufmann: «A Trump no le agrada la balanza comercial de Estados Unidos con la segunda potencia económica. Y una cosa es segura: a menos que por alguna razón ignota se revierta la tendencia, China habrá superado a Estados Unidos como la principal potencia planetaria a fines de esta década (…) Aunque las tasas de crecimiento de ambas economías están tendiendo a la convergencia, China es considerada la potencia económica más innovadora.
El gigante asiático ya reemplazó a su competidor como potencia económica dominante: Pekín es ahora el socio comercial más importante para muchos más países».
La guerra arancelaria desatada desde los EE.UU pretende reindustrializar la economía yanqui, así como recuperar espacios para el llamado culto Occidente….Sí, de tan refinado, mira hacia el otro lado cuando Israel asesina en Palestina. Prestigiosos economistas (liberales) como Jeffrey Sachs y Paul Krugman indican las serias posibilidades sobre riesgos inflacionarios y recesivos dentro de la propia nación norteña. Sostienen que las medidas de subida y congelación de aranceles han profundizado la desaceleración de la economía mundial.
Advierten así sobre un contagio en el incremento de los precios de bienes de consumo.
En general, la Academia tiende a ser más racional a la hora de analizar los puntos neurálgicos del enfoque occidental (Trump incluido), que ante la pérdida de competitividad se adscribe al proteccionismo clásico, mientras que la RPCH se enfoca en la producción, comercio, atracción de inversiones extranjeras, ciencia e innovación. Muchos analistas son de la opinión de que la decadencia productiva de Occidente sólo tiene para ofrecer a América Latina y el Caribe endeudamiento y desindustrialización, y no es de extrañar por tanto, que se vea a China como la medida para todas las cosas.
Solo es necesario sostener principios de soberanía y firmeza como lo vienen haciendo algunos Estados latinoamericanos y caribeños, que, aunque han manifestado voluntad de negociación, las pautas deben darse en pie de igualdad, nunca desde la subordinación. Las máximas autoridades chinas ya declararon no temer al vendaval.
Y aquí traemos las consideraciones del economista argentino Claudio Katz, quien el 3 de mayo de este año señala:«‹Trump› afirma que Estados Unidos debe contrapesar la penalización económica que sufre ‹por parte› de América Latina. Expone ese disparate ‹proclamando que su país ‛no necesita’ al resto del continente y puede prescindir de las relaciones con sus vecinos›.
Con esa arrogancia, encubre que el imperialismo estadounidense confisca desde hace más de un siglo las riquezas de la región. Se planta como un benefactor que puede abandonar a sus auxiliados, cuando en los hechos sucede lo contrario.» (Ver 1)
Nos recuerda que Trump sabe que la principal amenaza a esa preponderancia es la desdolarización, «que el Grupo multilateral BRICS la auspicia de manera contundente en el largo plazo». Y dice: «Por esa razón, la Casa Blanca exige el rechazo frontal de ese rumbo y la incondicional permanencia de América Latina en el área del dólar.Como su principal preocupación son los titubeos de Brasil,emite serias advertencias para disipar esas vacilaciones».
Coincidimos con él cuando afirma que el neoyorquino promueve la confiscación de nuestra región como medida desesperada por detener en algo el avance chino: ultimátum a Panamá; sujeción de la Argentina; exigencias de lealtad al dólar; subordinación al Fondo Monetario Internacional (FMI); aranceles contra México en busca de privilegiar a las compañías estadounidenses, etcétera. Sin embargo, ya no vivimos en un estanco unipolar, donde presiones y chantajes no surten igual efecto,a pesar de los pataleos porque como es vox populi, el siglo XXI pertenece sin duda a China y a los BRICS.
Hipervínculos: 1- https://katz.lahaine.org/sometimiento-economico-para-desplazar-a-china/
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