EEUU desata contra Venezuela estrategias de la Guerra Fría. (I)
Muy probablemente cuando se publique este artículo, una agrupación naval de la Marina de Guerra de Estados Unidos liderada por el portaaviones CVN-78 «Gerald Ford», el más moderno de la Armada yanqui, haya arribado al Caribe, o esté muy próxima a hacerlo, bajo la suposición de reforzar las operaciones contra el narcotráfico en esa región.
Llegará acompañado de dos o tres destructores coheteriles, portadores de cohetes crucero «Tomahawk» y quizás un submarino de ataque de propulsión nuclear, con iguales capacidades coheteriles. A bordo del portaaviones, viajan unos 60 aviones de combate de diferentes designaciones, desde los cazas F/A-18 —unos 50— hasta los de guerra electrónica E/A-18 y de alerta temprana y dirección de la aviación embarcada E-2D.
Un recuento necesario en el contexto actual
La agrupación llegará a una zona que en los tres últimos meses ha visto cómo Washington incrementó el nivel de fuerzas militares, y donde ya están desplegados tres buques anfibios y otros cuatro buques, también con posibilidades de lanzar cohetes crucero, además de aviones y helicópteros de combate, apoyados por las fuerzas de operaciones especiales.
A la par del músculo militar, EE.UU ha mostrado exponencialmente el músculo político contra Venezuela. Llega el portaaviones Ford después que esa nación designó como narcoterroristas a supuestas organizaciones criminales; tras ofrecer millonarias recompensas por la captura del presidente y los principales funcionarios políticos y militares del gobierno bolivariano, así como asesinar en alta mar a unas 50 personas, mediante bombardeos indiscriminados, sin ofrecer evidencias de sus nexos con el narcotráfico.
Muy llamativas, pero sobre todo muy peligrosas, han sido tres demostraciones de fuerza, realizadas en octubre último, con el empleo de bombarderos B-1B y B-52 que volaron muy cerca del territorio venezolano, junto a aviones de combate y vehículos aéreos no tripulados rebasificados en Puerto Rico.
Recordemos, además, que Venezuela enfrenta desde hace años sanciones económicas que lastran su economía y la calidad de vida de sus ciudadanos, por constituir una “amenaza” a la seguridad nacional norteamericana.
También ha sido recurrente en este período la publicación de encuestas, declaraciones de congresistas y funcionarios norteamericanos, así como artículos de prensa. La retórica se dirige en muchos casos a justificar un objetivo: Estados Unidos pudiera emplear la fuerza militar contra Venezuela, pero no solo para combatir el narcotráfico, sino para destruir la Revolución Bolivariana.
Crece el peligro, tras declaraciones incendiarias de Trump
El 23 de octubre, el presidente Trump anunció públicamente que comenzarían operaciones contra el narcotráfico en tierra1. Un mes antes, en la ONU, también amenazó abiertamente a Venezuela2.
Eso significa que Washington pudiera atacar a países soberanos, entre ellos Venezuela y casi seguro Colombia, a cuyo presidente, Gustavo Petro, su par norteamericano incluyó también como presunto líder del narcotráfico, a finales de octubre.
Referencias
1cnnespanol.cnn.com/2025/10/23/eeuu/trump-pronto-habra-operaciones-terrestres-venezuela-orix.
2 state.gov/translations/spanish/discurso-del-prsidente-trump-durante-la-80-a-sesión-de-la- asamblea-general-de-la-onu.

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