Con solo 22 años de edad llegó Nancy Esther Corso Pose al Instituto Técnico Militar (ITM) “José Martí”, Orden Carlos J. Finlay, Orden Antonio Maceo. Hoy, doctora en Ciencias Históricas y Profesora Titular, permanece en sus aulas, las cuales considera germinadoras de semillas valerosas.

¿Cómo llega usted al ITM?

Ingresé en las Fuerzas Armadas Revolucionarias(FAR) en 1985, egresada de la Universidad de la Habana. Primero me sorprendió, pero hoy me siento muy orgullosa de haber dedicado mi vida a una profesión tan hermosa dentro de la institución armada.

¿Qué significa para usted la palabra educador?

El educador es un comunicador de ideas, pero no de ideas vacías. Es un comunicador que, como dijera el Apóstol, cabe en el ala de un colibrí, pero que sin embargo sienta las pautas para la esperanza del mundo. Es un formador de pueblos y por lo tanto es tarea de todos.

¿Con qué personalidad se siente identificada como profesional de la educación?

Me he inspirado en Asela de los Santos. Formadora de maestros y jóvenes, figura incansable, luchadora, pero sobre todo muy metódica en lo que es la enseñanza de la historia y sus valores, la necesidad de que se transmita a las nuevas generaciones, y que sea un mensaje de prosperidad para la Patria que debemos defender. En este sentido tomamos su ejemplo, pues hizo mucho por la educación en Cuba, una obra bastante extensa y que ha dado sus frutos.

¿Qué métodos emplea para alcanzar el aprendizaje de los educandos?

Dentro de las aulas converso mucho con los estudiantes. El educador tiene que ser en primer lugar ejemplo, y dentro de las FAR tiene que ser más que un instructor, tiene que enseñar, amar lo que hace, fomentar valores de identidad, de patriotismo, solidaridad y hermandad. Es necesario conquistar valores para mantener la identidad y soberanía nacional. Trato de reflexionar y no imponer, pues son épocas de dialogar.

Me siento muy orgullosa y feliz de ver como todos los años se gradúan jóvenes oficiales, es muy gratificante, son como nuestros hijos.