La primera flor de la Sierra Maestra
Los peligros enfrentados durante su actuar revolucionario eran tan grandes que causaban preocupación constante en sus compañeros del movimiento clandestino y de la Sierra Maestra. El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz decidió que se estableciera definitiva-mente como parte del movimiento guerrillero, hecho que ocurrió en octubre de 1957.
Así quedaron atrás los numerosos nombres de guerra que empleó Celia Sánchez Manduley para escapar de los sicarios de la dictadura batistiana, convirtiéndose en figura indispensable para la causa libertadora.
Las duras condiciones de la vida en campaña, las interminables caminatas, la lluvia y la poca alimentación no mermaron su disposición. Muchos creyeron que, por la aparente frágil constitución física, Celia no resistiría tanto rigor; sin embargo su actitud hizo cambiar la opinión de los combatientes y ganó un lugar destacado en la guerrilla.
Celia constituyó un pilar en atención de las tareas administrativas, la recaudación de alimentos, el establecimiento de la comunicación telefónica, además de la adquisición de ropa y botas para la tropa. También controlaba personalmente la construcción de trincheras.
Su lealtad, resultó inquebrantable hasta su último aliento. Por tantos valores humanos, sensibilidad, solidaridad y sentido del deber, se adentró en el corazón del pueblo por derecho propio. Nunca lograremos cerrar el inventario de todo lo que produjeron sus manos, cálidas como su voz.
Hablar de Celia es recordar a la Norma clandestina, la combatiente de la Sierra Maestra, la primera mujer incorporada al Ejército Rebelde, la incansable colaboradora de Fidel; aquella revolucionaria cabal que hizo de la sencillez, la modestia y la consagración al trabajo un monumento a la dignidad y el honor de la mujer cubana.
Todo lo que hacía era con infinito amor, entrega total y admirable entusiasmo, razones más que suficientes para conquistar ese calificativo que la inmortaliza entre las grandes heroínas de la Patria: “La flor más autóctona de la Revolución”.
Comentarios
En este sitio no se admiten comentarios que violen, incumplan o inciten a romper legislaciones cubanas vigentes o atenten y dañen el prestigio de alguna personalidad o institución, así como tampoco aquellos que contengan frases obsenas, groseras o vulgares. Verde Olivo se reserva el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas antes expuestas.