Corría la mañana del 4 de marzo de 1960. En la Bahía de la Habana atracaba el vapor francés La Coubre, colmado de armamentos y municiones destinados a la defensa de la naciente Revolución, proveniente de Amberes, Bélgica.

Nadie imaginó que, en el vientre del carguero, dos bombas activadas acompañaban los pertrechos de guerra que la Isla había comprado. Estallarían pocas horas después de su arribo.Cuba viviría un criminal atentado, perpetrado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, que dejó más de un centenar de personas fallecidas y cuatrocientos lesionadas.

La explosión estremeció la capital de extremo a extremo, y se produjo en el momento exacto en que la tripulación y un grupo de obreros portuarios comenzaran la descarga. La reacción del pueblo y las autoridades cubanas, para socorrer a las víctimas y heridos, fue inmediata.

Pero desconocían que la segunda bomba, aún más potente, estaba a punto de cumplir su siniestro propósito. La detonación dejó una columna de humo que surcó el cielo, siendo visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Cuerpos mutilados, miradas perdidas… cientos de hombres continúan con las labores de rescate. Ya no queda rastro del casco del buque.

Los principales líderes de la Revolución Cubana llegan al lugar de los hechos tan pronto como sintieron los estruendos, y en las inmediaciones de la rada se ha armado el campamento para atender a las víctimas, limpiar los escombros, identificar los edificios dañados y asistir a la población del lugar, que ha vivido un infierno.El sabotaje fue el primero de una saga de miles de crímenes organizados y financiados desde el pentágono.

Al día siguiente, después del acto póstumo a los caídos en el sabotaje, el entonces Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, Comandante Fidel Castro Ruz expresó: «Ahora libertad quiere decir más todavía. Libertad quiere decir Patria, y la disyuntiva nuestra será ¡Patria o Muerte!». Fue allí donde se levantó por primera vez esta icónica frase, que se convirtió en la bandera de combate del pueblo.