Piñera y su maldita circunstancia

18 de Octubre de 2025

Virgilio Piñera fue galardonado por la obra Dos viejos pánicos en el apartado de Teatro del Premio Casa de Las Américas en el año 1967. Foto: Cubaescena

 

«Nada podría detener este cuerpo

destinado a los cascos de los

caballos,

turbadoramente cogido entre la poesía

y el sol». 1

 

La isla en peso. Virgilio Piñera

Abrió los ojos al mundo en la ciudad de Cárdenas durante el verano de 1912, pero se despediría en La Habana, el 18 de octubre de 1979, sesenta y siete años después y con una obra literaria monumental bajo su firma.

 

Piñera o simplemente Virgilio fue de esos escritores insólitos, con una de las voces más originales y transgresoras de la literatura cubana del siglo XX. Poeta, narrador y dramaturgo, exploró la condición humana a través delabsurdo, el humor negro y una desgarradora conciencia del cuerpo y el dolor.

 

Vivió y escribió en una época de abundante producción literaria, sin embargo, su trabajo desbordaría los cánones estéticos e ideológicos del momento. El ambiente intelectual habanero de los años 30 y 40 fueron claves para el inicio de su obra. Colaboró desde temprano en diferentes publicaciones periódicas y fundó la revista Poetaen 1942, cuya existencia sería breve. Dos años antes se había doctorado en Filosofía y Letras.

 

Su pertenencia al grupo Orígenes —revista y movimiento cultural— fue sin dudas uno de los momentos más interesantes de su recorrido artístico.Sin embargo, su poética no encajaba con el hermetismo y el trascendentalismo delgrupo. Esta divergencia lo llevó a distanciarse de Orígenes y a asociarse a Ciclón (1955), que defendía una literatura más cercana a su visión ideoestética de la realidad.

 

Insaciable lector, amplió cada día de su vida su cultura y su visión del mundo. También se dedicó a viajar, y durante algún tiempo residió en Argentina. 

 

Cultivó la crítica y el ensayo.En narrativa destacó con relatos y novelas extraordinarias. Su poesía era poseedora de una amarga y desesperada inspiración, con gran fuerza expresiva como resultaría en el extenso poema «La isla en peso»: versos que llegaron para marcar un después en la historia de la poesía cubana. En ellos Piñera expresa la angustia insular, la sensación de asfixia y encierro. El texto fue etiquetado como «antipoesía» por la ruptura de los cánones de la lírica tradicional, lo cierto es que se trata de una de las obras fundacionales de la modernidad cubana.

 

Pero sería su producción teatral la más valiosa aportación a las letras. Piezas como Electra Garrigó(1948), Aire Frío(1959) y Dos viejos pánicos (1968) lo colocaron como referencia en Hispanoamérica.Su teatro influyó engeneraciones de dramaturgos cubanos.

 

Es curioso que, para un ser de extraordinario talento como Virgilio Piñera, la creación literaria sucediera como un suplicio, y la relación con sus congéneres un tormento. En sus memorias dejaría escrito: «Ya en La Habana empezó mi eterno combate contra la escritura. Porque no se lucha por la escritura sino en su contra. […] obtener esa alquimia de entrarla en la corriente sanguínea de nuestro cuerpo, es el combate que todo escritor debe plantearse.[…] Para mí escribir ha sido siempre una verdadera tortura. No conozco otra peor, y la vida, como a cualquier mortal, me las ha servido de todas formas y colores. […]».2

 

No abandonó su tortura personal. Como un Sísifo caribeño continuó escribiendo hasta el día de su muerte.  Sesenta y siete años en perpetua creación. Pudo vivir mucho más, pudo crear —quizás— por varias décadas nuevas maravillas para la literatura cubana, pero el azar quiso dejarnos expectantes. Una autobiografía inconclusa y tantas palabras que quedarán para siempre por escribirse.

 

Hoy en día la figura y obra de Virgilio Piñera son finalmente reconocidas como uno de los ejes centrales en la historia de la literatura cubana del pasado siglo. Su espíritu crítico jamás descansó, no hizo concesiones estéticas ni ideológicas. Su obra permanece, para suerte nuestra,como mismo fue concebida: en el dolor y la tortura de crear y existir. Sus textos sobre la isla, son la isla misma. Lo demostraron el tiempo y —también, ¿por qué no?— su maldita circunstancia.

 

Referencias:

  1. Virgilio Piñera.La isla en peso. 1943.
  2. Fragmentos de la autobiografía inconclusa de Piñera publicados en el libro Virgilio Piñera en persona del crítico e investigador Carlos Espinosa, bajo el sello de Ediciones UNIÓN en 2003.

Fuente consultada:

Panorama histórico de la literatura cubanaTomo I de Max Henríquez Ureña. Editorial Félix Varela. La Habana, 2006.

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