A la profesión amada llegaron por caminos diferentes y cuando entraron por primera vez a un aula, quizás no conocían con certeza la frase martiana: “Hay un cúmulo de verdades esenciales que caben en el ala de un colibrí, y son, sin embargo, la clave de la paz pública, la elevación espiritual y la grandeza de la patria”; mas, no ignoraban que a ellas correspondería “mantener a los hombres en el conocimiento de la tierra y en el de la perdurabilidad y trascendencia de la vida”.