Girón: Aniversario 50

El bombardeo artero sobre tres aeropuertos preludia la invasión.
Mensajeros del odio salivan con fuego el rencor acumulado. Mas
en una puerta, grabada como convicción de victoria y fidelidad,
la “sangre numerosa” de un soldado abre el épico camino hacia la
leyenda. Sin perder un instante, la alarma de combate pone al país
en pie de guerra. En cualquier sitio donde aparezca el enemigo
recibirá, con coraje y metralla, el saludo de Patria o Muerte.
Cuando los mercenarios de la Brigada 2506 se lanzan a la
aventura de Bahía de Cochinos, inician la crónica de un gran
descalabro. La cabeza de playa para el gobierno provisional resulta
una quimera; los buques norteamericanos jamás cruzan la línea
del horizonte; la intervención extranjera pervive solo en los deseos
frustrados de los mentores del plan, consternados padrastros de
una derrota “huérfana” menos de setenta horas después.
Aquel 17 de abril de 1961 la Revolución era muy joven; pero,
además de martiana, desde el día anterior había comenzado a
apellidarse socialista. Compulsión ética y de principios para defender
la independencia y evitar que misters, companies o la Embassy of
the United States, con la ayuda de marines, recolonizaran a Cuba y
revirtieran el proceso iniciado en 1959.
Dos días después, tras encarnizado pulso, sobreviene el
triunfo sobre los invasores. La nación se estremece de júbilo. Sin
embargo, alumbrar la victoria cuesta ciento setenta y ocho vidas
e innumerables lesionados. Imagen inmortalizada en versos de la
trovadora: “canto y llanto de la tierra”, porque la libertad se talla al
precio de muchos sacrificios.
La primera gran derrota del imperialismo en América cristalizó
gracias al coraje de hombres y mujeres, decididos a defender sus
posibilidades de realización plenas; y al liderazgo certero de Fidel,
quien previó los pasos del adversario y en el mismo foco de los
combates, condujo las maniobras para vencerlo sin dilaciones.
Medio siglo después, la epopeya de abril de 1961 sigue hablando
a los cubanos y al mundo. No existe enemigo, por poderoso y al
parecer invencible, que no se estrelle contra la voluntad y los sueños
de un pueblo. Aquella coyuntura adversa, ofreció la oportunidad de
probar fuerzas, vencer escollos para revolucionar el futuro y crecer.
Playa Girón es un acto de responsabilidad histórica con quienes
fraguaron la nacionalidad cubana y desde los días en la manigua,
han opuesto ante la injerencia extraña, la virtud doméstica. El
mandato constitucional de hacer irrevocable el socialismo lleva en
su esencia el espíritu de tal gesta.
Luego de cincuenta años, los más jóvenes recuerdan con orgullo
a padres y abuelos. Para honrarlos y ser dignos de ellos, advierten al
mismo enemigo de antaño que la actual, no es una generación de
“siervos futuros” ni de “aldeanos deslumbrados”, y que el primer deber
será siempre defender la Patria.
Porque, martianos al fin, “ni los tiempos nos han cansado, ni
las equivocaciones; y en cuanto en estas columnas aparezca se
habrá de ver el sosiego de quienes no tienen más consejero que
la devoción al país, ni más apremio que el que ordena, en horas
difíciles, la indispensable vigilancia”.

Tipo de Edición: 
Edición Especial
Número: 
2
Año: 
2011
Revista en formato digital: