Rechazo de la ofensiva de El Pedrero
A pesar de que el ejército batistiano pasaba por una aguda crisis, principalmente después de la aplastante derrota de la Ofensiva de Verano en la Sierra Maestra, el alto mando decidió defender y mantener a toda costa Las Villas.
Para ello, el 29 de noviembre de 1958 concentraron un contingente de mil hombres, ocho tanques, carros M-8, artillería y otros medios, en las ciudades de Cabaiguán y Fomento, con la misión de atacar en la dirección El Pedrero y Gavilanes, donde suponían atrincheradas las fuerzas rebeldes.
El Che, conocedor de los preparativos de la ofensiva enemiga, adoptó un conjunto de medidas para asegurar la defensa del territorio, contener o dificultar el posible avance del adversario.
Según Luis Rosado Eiro y Felipa Suárez Ramos en su texto Una mancha azul hacia el occidente: “Esta forma de combate, similar a la utilizada por el Comandante en Jefe durante la Ofensiva de Verano, era elástica: en ella los combatientes, después de tenaz resistencia, se replegarían hasta un punto en el cual a todas formas habría que detener al enemigo… El puesto de mando quedó instalado en la finca Manacas-Ranzola, en las proximidades de El Pedrero”.
“Para enfrentar aquella ofensiva, el Che disponía de unos ciento cincuenta hombres con armamento diverso y pocas municiones… pero los combatientes poseían elevada moral y experiencia combativa”, continuaron los autores. Como refuerzo, en lo fundamental, los alumnos de la Escuela de Reclutas.
La fuerte agrupacióninició sus movimientos el 30 de noviembre luego de bombardear y ametrallar las áreasdonde supuestamente estaban los rebeldes, entonces rebasó el poblado de Santa Lucía y avanzó hasta El Corojo y Mata, sitio donde instaló su puesto de mando.
Ante la resistencia y la arremetida de los efectivos del teniente Alfonso Zayas Ochoa, los atacantes regresaron a Santa Lucía; no obstante, intentaron nuevamente el avance, pero fueron rechazados por los hombres del capitán Joel Iglesias, quienes los obligaron a retirarse al punto de partida.
Por su parte, el enemigo que avanzaba en la dirección: Fomento, Sipiabo, El Pedrero, chocó con los hombres del comandante Víctor Bordón y el teniente Manuel Hernández, se desarrollóun fuerte combate,se destruyeron al adversario dos tanques, se ocuparon armas, municiones y se le obligó a retirarse a Fomento.
Camilo, que estaba conferenciando con el Che y había participado en la acción, antes de alejarse le dijo jocosamente al teniente Rogelio Acevedo que durante su visita al comandante argentino tuvo que cuidarle el territorio y hasta rechazarle la ofensiva enemiga.
Tras la evidente derrota, mientras las tropas batistianas se relegaban, el 4 de diciembre cayeron en una emboscada en Arroyo Las Cruces, dirigida por los tenientes Zayas y Roberto Rodríguez Fernández, El Vaquerito. El rechazo rebelde hizo a los batistianos regresar hacia Cabaiguán con un saldo de 8 muertos, 3 heridos y la captura de 12 armas, municiones y otros medios. Con esta acción quedaba limpio de guardias el lomerío.
La derrota enemiga en El Escambray significó el inicio de un plan estratégico y rebelde cuyo objetivo era la toma de Santa Clara.
Fuente Consultada:
Rosado Eiro, Luis y Suárez Ramos, Felipa: Una mancha azul hacia el occidente, Ediciones Verde Olivopp. 212, 215 y 219.
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