Mujer, madre, revolucionaria
El mes de mayo aflora un hermoso sentimiento: el amor hacia esa valiosa persona a quien llamamos madre. La Historia de Cuba honra a todas las que entregaron lo mejor de sí, para hacer Revolución.
La palabra madre estremece desde nuestros primeros aborígenes. Conviene citar a Casiguaya, compañera del cacique Guamá, capturado y asesinado por los conquistadores. En un acto de admirable heroísmo, antes de ser ejecutada pidió besar a su pequeña hija y la abrazó hasta ahogarla.
El indio Naborí la inmortalizó en sus versos:
La madre la fue abrazando
hasta matarla de amor
y gritó, bella en su honor:
«Ni Guamá, ni su mujer,
ni su niña podrán ser,
esclavos del invasor».
Martí decía: «La madre, esté lejos o cerca de nosotros, es el sostén de nuestra vida».
Isabel María de Valdivia y Salas, y la madre de los Maceo, fueron ejemplos de entereza y protagonismo, porque incitaron a sus hijos a la lucha armada. Isabel contrajo matrimonio el 9 de abril de 1844 con el espirituano José Joaquín Sánchez Marín. De esa unión nacieron 22 hijos, aunque solo 10 llegaron a la edad adulta. Entre ellos se destacó Serafín Gualberto Sánchez Valdivia, mayor general del Ejército Libertador y cercano colaborador de Martí en la preparación de la Guerra Necesaria.
Brillaron también en los campos de Cuba sus hijos, José Joaquín (Tello), Raimundo, Plácido, Elías y Esteban; así como sus hijas Julia América, Domitila y Josefa.
Isabel María no solo fue madre ejemplar, sino que, a los 68 años abandonó sus comodidades para marchar a la manigua donde cuidó y curó heridos, lavó y cosió ropa para los mambises;contribuyó a la libertad de Cuba.
Amalia Simoni Argilagos, madre, revolucionaria, y esposa del Mayor General del Ejército Libertador Ignacio Agramonte y Loynaz;colaboró activamente en hospitales de campaña, sufrió prisión y exilio, y legó una frase de profundo amor a la Patria y a la familia: «Parece que cuando uno tiene hijos ama más la libertad».
Otra madre reconocida en la República Neocolonial por su temple y coraje fueJoaquina Cuadrado Alonso, progenitora de Abel y Haydée Santamaría Cuadrado. Estuvo vinculada al movimiento revolucionario desde el asalto al Cuartel Moncada y apoyó las acciones del Movimiento 26 de Julio. Soportó con entereza las torturas a su hijo Abel y al triunfar la Revolución fue Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas en el ingenio, Constancia, hoy llamado Abel Santamaría Cuadrado. A pesar de su salud quebrantada trabajo en beneficio de la comunidad del propio ingenio.
Cada historia de vida de estas heroínas, símbolos de resistencia y lucha, inspira a las nuevas generaciones a defender la identidad nacional como protagonistas del cambio social y político. Su legado persiste como«mujer, madre y revolucionarias».
Fuentes consultadas
Colección fotográfica «Toda la Patria está en la mujer» de Antonio Guerrero
Diccionario del Pensamiento Martiano
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