Lázaro Peña: semilla

11 de Marzo de 2024

 Junto al líder de la Revolución. Foto: Verde Olivo

Lázaro Peña incansable luchador obrero, hecho en el trabajo, en la lucha misma, había nacido el 29 de mayo de 1911 en Los Sitios, humilde barrio habanero. Su origen lo obligó a ganarse el pan desde muy temprana edad en una tabaquería, donde su afición por la lectura le permitió alcanzar un amplio perfil cultural de forma autodidacta.

 

Obrero torcedor, se vinculó al sindicato, organizó protestas contra los bajos salarios y por mejoras para los trabajadores del sector. Se enfrentó al machadato y, con solo 18 años, ingresó en el primer Partido Comunista.

 

En 1929 fue elegido secretario general del Sindicato de Tabaqueros y miembro del Comité Ejecutivo de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC). Condujo el comité ejecutivo de la huelga general política de marzo de 1935, por lo cual sufrió prisión y tortura.

 

Se dedicó a la reorganización del movimiento obrero y fue elegido secretario general de la nueva organización constituida en 1939, la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC). Se convirtió en guía del proletariado cubano y en importante figura de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL), fundada en 1938, con sede en México. Estuvo entre los fundadores de la Federación Sindical Mundial (FSM) en 1945, en la cual ocupó diferentes cargos. Se enfrentó al imperialismo y a los gobiernos auténticos (1944-1952), así como a Eusebio Mujal y su camarilla, en la Confederación de Trabajadores de Cuba.

 

Participó en el III Congreso de la FSM (Viena, 1953), tras lo cual no se le permitió el regreso a Cuba; pero luego del triunfo de enero de 1959, se incorporó a la reconstrucción del país.

 

En 1961, en el XI Congreso, la Confederación de Trabajadores de Cuba, pasó a denominarse Central de Trabajadores de Cuba y Peña fue elegido secretario general. Realizó una destacada actividad al frente del movimiento sindical mundial y participó en la creación del Congreso Permanente de la Unidad Sindical de los Trabajadores de América Latina (CPUSTAL) y en los congresos de la FSM.

 

Por sus grandes méritos y capacidad fue nombrado, a principios de 1973, jefe del Departamento de organizaciones de masas del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, organismo del cual fue miembro desde su constitución en 1965.

 

A pesar de estar enfermo de gravedad, dedicó todas sus energías ala organizacióndelhistórico XIII Congreso Nacional Obrero (11-15 de noviembre de 1973), en el que se tomaron numerosos acuerdos que lo convirtieron en uno de los eventos más trascendentes del movimiento sindical cubano.

 

Falleció el 11 de marzo de 1974. En sus honras fúnebres, Fidel recordó su origen humilde y destacada trayectoria y afirmó: «No venimos propiamente a enterrar a un muerto, venimos a depositar una semilla».[1]

 

[1]Fidel Castro: «Palabras pronunciadas en las honras fúnebres del líder obrero», 14 de marzo de 1974.

 

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