Julio Antonio y Tina: amor en revolución (II)
Algo fecundo y grande
«Luchar por la Revolución Social en la América,
no es una utopía de locos o fanáticos,
es luchar por el próximo paso de avance en la historia».
Julio Antonio Mella
(Ensayo «Cuba, un pueblo que jamás ha sido libre», La Habana, marzo de 1925)
Las convicciones políticas de Julio, arremolinaron sus 18 años de existencia, y los que vendrían. Orador convincente, enérgico, sobresalía por su carisma en cada mitin, y por la prosa directa, enjundiosa, de los artículos que publicaba. Además de liderar protestas colegiales y obreras, y presidir la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) –dirigió su revista «Alma Mater», y escribió para ella–, fundó la Universidad Popular «José Martí» en noviembre de 1923 –su hermano de luchas, Rubén Martínez Villena, fue uno de los profesores–, la sección cubana de la Liga Antimperialista de las Américas –en julio de 1925–, y los manicatos, una tropa de choque destinada a proteger la Universidad y a los universitarios, la mayoría de las veces, a golpe limpio. Los manicatos enfrentaban injusticias, entre ellas, impedían las crueles «novatadas» que alumnos de cursos superiores solían ejecutar contra quienes iniciaban estudios, a fin de convertirlos en el hazmerreír de todos: los pelaban al rape, los golpeaban, rompían su ropa, los desnudaban y enfangaban, los introducían en neveras. Muchos de los manicatos eran deportistas, fundamentalmente remeros.
Si alguien deseaba pertenecer al grupo, debía probar su valor yendo al Cementerio de Colón a medianoche, brincar el muro y hacer un juramento ante la tumba de los ocho estudiantes de medicina fusilados injustamente el 27 de noviembre de 1871.
En 1920, la familia Modotti se había reunido en Norteamérica, salvo una de las hermanas, Valentina, que permaneció en Udine con su pequeño hijo Tullio. El 9 de febrero de 1922, en la Ciudad de México, Robo sucumbió a la fragilidad de sus pulmones. La viudez halló a Tina con 25 años. Edward Weston, importante fotógrafo norteamericano, amigo del difunto y de la esposa, despertó en la joven italiana un amor apasionado y una gran curiosidad por la fotografía. Ella devino, casi a la vez, su modelo, alumna, admiradora y amante. En 1923, se mudó con él, y abrieron juntos un estudio de fotografía en la Ciudad de México. A ninguno de los dos le interesaba un compromiso formal. Weston tenía diez años más que Tina, estaba casado y era padre de cuatro hijos.
Julio fue uno de los fundadores del Partido Comunista de Cuba, en agosto de 1925. Ese propio mes, en las aguas infestadas de tiburones de la bahía de Cárdenas, Matanzas, nadó de noche unas tres millas hacia el buque soviético «Vatslav Vorovski» –y otras tantas, de regreso a tierra–, para conversar con sus tripulantes, a quienes el tirano Gerardo Machado había prohibido el desembarco. Las represalias contra él no tardaron. En septiembre, la policía lo detuvo junto a Carlos Baliño y otros dirigentes marxistas, por el supuesto delito de rebelión. Salió en libertad bajo fianza, en espera de juicio, pero el Consejo de Disciplina de la Universidad de La Habana no esperó el resultado legal; lo expulsaron un año del centro de estudios. El 27 de noviembre, los esbirros de Machado le llevaron de nuevo a la cárcel; en esta ocasión, acusado de detonar un petardo en el teatro Payret. Bajo idéntico cargo de terrorismo, aprehendieron a Alfredo López, secretario general de la Federación Obrera de La Habana, a un fogonero, a un obrero mecánico y a varios trabajadores más. En presidio, Mella se declaró en huelga de hambre el 5 de diciembre, como protesta por la mentira aceptada sin evidencias. El 22 de diciembre, tras 18 días de ayuno, había perdido 35 libras de peso. Sufrió un colapso que lo puso al borde de la muerte. Forzado por la opinión pública nacional, e incluso por la de varios países latinoamericanos, Machado, «el asno con garras», debió concederle la libertad un día después. El 18 de enero de 1926, perseguido y con su vida en riesgo, Julio salió del país con el nombre de Juan López, comerciante de plátanos, en el carguero «Comayagua», que zarpó desde la bahía de Cienfuegos rumbo a Guatemala.
Más tarde viajaría a México.
Hacia allá también apuntaban las garras del «asno».
Nota del autor:
1- Manicato, en la lengua de los indios Caribe, significa: esforzado, valiente, decidido. Durante esos años, Mella también presidió la Federación Anticlerical de Cuba.
Fuentes:
- Dumpierre, Erasmo: Julio Antonio Mella. Biografía. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1977.
- Contrera, Nelio: Julio Antonio Mella. El joven precursor. Editora Política. La Habana, 1987.
- Pulido Llano, Gabriela; y Moreno Rodríguez, Laura Beatriz: El asesinato de Julio Antonio Mella. Secretaría de Cultura de México. Instituto Nacional de Antropología e historia. Ciudad de México, 2019.
- Hernández Serrano, Luis: Mella: muerte en flor. Juventud Rebelde, 9 de enero de 2014.
- Elizalde, Rosa Miriam: Llueve en la calle donde murió Julio Antonio Mella. Cubadebate, 18 de septiembre de 2014.
- Barckhausen-Canale, Christiane: Verdad y leyenda de Tina Modotti. Ediciones Casa de las Américas. La Habana, 1989.
- Poniatowska, Elena: Tinísima. Ediciones Era. Ciudad de México, 1992.
- De la Calle, Ángel: Modotti. Una mujer del siglo XX. Edición de Casa de las Américas, Para Leer en Libertad AC y Rosa Luxemburg Stiftung. Ciudad de México, diciembre de 2019.
- Acosta Damas, Maribel: Tu pañuelo verde para cuando vuelvas, Tina. Resumen Latinoamericano, 5 de enero de 2023.
Museo Nacional de Arte de México: Tina Modo
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