La escuela fue cuna y fragua de la entrañable amistad entre José Martí y Fermín Valdés Domínguez, allí se gestaron los valores patrióticos y humanistas que marcaron sus vidas.

En el colegio San Anacleto, en La Habana, creció esa relación entre ambos. La afinidad intelectual y espiritual estrechó, con el tiempo, los lazos que unían a los dos niños hasta convertirse en símbolos de una gran hermandad.

Distintas publicaciones y varios de los poemas escritos por el Apóstol destacaron el valor de la amistad, la que consideró como el crisol de la vida. Ellos, desde que se conocieron, no dejaron de verse ni escribirse jamás.

Juntos, se cubrieron las espaldas cuando un tribunal militar español los acusó por llamar “apóstata” a un compañero que ingresó en el cuerpo de voluntarios; juntos, sacaron a la luz El Diablo Cojuelo y serían confidentes uno del otro.

En las diversas cartas que El Maestro le enviara a su amigo, solía emplear calificativos que ponían de manifiesto la identificación y el cariño existente: mi Fermín, Fermín queridísimo, mi gran amigo Fermín, Ferminón, Fermín del alma, hermanote…

En la casa de Valdés, Martí halló pan y cariño; agradecido ayudaba en los estudios a su anfitrión. Ese que fue uno de los estudiantes de Medicina acusados en 1971 de profanar la tumba de Gonzalo Castañón (escritor y periodista español asentado en Cuba cuya muerte, en un homicidio, dio pie al fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina), pero que el destino impidió que lo asesinaran. Sin embargo, no olvidó jamás aquel triste suceso al punto de demostrar la inocencia de los muchachos y escribir esa historia.

La película cubana Inocencia, nos da la visión de ese Fermín al que Martí escogió como amigo; nos trae al excepcional ser humano, que escribió una carta al hijo de Gonzalo Castañón 16 años después del fusilamiento, en la que le pidió desmentir los hechos que causaron la muerte de los 8 jóvenes.

A 113 años de su fallecimiento, el 13 de junio de 1910, compartimos el tributo hacia quien fue médico-cirujano y periodista de profesión; participante en la Guerra del 95, en la que ascendiera al grado de coronel del Ejército Libertador. Mucho queda por ahondar en su historia. Fiel a los principios que abrazó desde la adolescencia, muere, dejando tras de sí la certeza de que fue el amigo del alma de José Martí.