Terrorismo en África o la hipocresía yanqui
Desde que los Estados Unidos intensificó sus operaciones antiterroristas en África, para sorpresa de todos, el terrorismo aumentóexponencialmente, aseguró en 2023Nick Turse, periodista estadounidense de investigación y director del blog Tom Dispatch. Tendencia mantenida en la actualidad.
El Departamento de Defensa de los EE.UU., en 2007 creó el Mando Militar de Estados Unidos en ÁfricaAFRICOM, comando insertado en la arquitectura militar que los norteamericanos tienen desplegada por varias regiones del planeta. Se suponía que esa superioridad logística iba a barrer «el mal»del continente madre. Pero nada de ello ha ocurrido, pues en realidad el propósito de ese empeño ha sido, desde sus inicios,servir de sombrilla a su infinita codicia de recursos, en una zona bendecida con disímiles riquezas.
Puede parecer este un argumento manido, sin embargo, es cierto. Las perspectivas de la Humanidadrecaerán nuevamente en África. La fuerza productiva extraída de allí como mano de obra esclava permitió el desarrollo del capitalismo y el surgimiento de grandes metrópolis coloniales. Cuba fue paradigmajunto con la caña de azúcar y la Trata negrera (Nota1), condicionaron el florecimiento de nuestra industria azucarera, de las mejores del mundo, pero de la que se enriquecería el imperio español...
Con singularidades inherentes a cada nación, África se liberó, y en estos momentos es posible afirmar que asumeoriginales procesos emancipatorios contra el neocolonialismo. Por su radicalismo sobresalen los países del Sahel (Nota2), más no solo ahí. Se generaliza la necesidad de destruir las ataduras del gran capital, para andar con pies propios. En ese sentido, la lucha contra el terrorismoinexorablemente se desvinculará de los nexos con Washington. Así se mira hacia otros actores decisivos en la política internacional, como China y Rusia. De todas formas, varias naciones africanas siguen sujetas al AFRICOM, léase Somalia, Benín, Ghana…
Pese a esta realidad, el 12 de septiembre de 2024, el comandante del AFRICOM, general Michael Langley, declaró a la prensa que los rusos y los chinos desestabilizaban al Sahel desinformando al desvirtuar la estrategia estadounidense de cooperación militar y antiterrorista. Hay que ser cínico: Moscú y Beijing acuden únicamente cuando los gobiernos africanos lo piden. Jamás condicionan la ayuda contra los terroristas islámicos (Nota3) a contratos económicos ventajosos, ni se inmiscuyen en los asuntos internos.
En cambio el compromiso yanqui en África se sustenta en un enfoque militar, reflejo de los intereses —primero cuando la etapa de George Bush, y después de las sucesivas administraciones— por controlar los considerables recursos claves del continente como petróleo, gas, cobalto, uranio, oro..., de este último mineral, China ha descubierto en Uganda 31 millones de toneladas. Los yanquis temen por tanto perder su ascendencia en sectores vitales. Aquí algunas muestras: Nigeria es el quinto país exportador de crudo a los EE.UU., mientras Guinea Ecuatorial y Angola abastecen al imperialismo del 20 % de hidrocarburos. Eso demuestra la marcada codicia por el acceso y control de las industrias extractivas. La existencia del terrorismo les impide efectuar dichas acciones de rapiña, es entonces una ayuda pragmática e hipócrita.
Si bien el terrorismo islámico ha sumido a África en guerras terribles, la penetración de las transnacionales defendidas y protegidas por el AFRICOM, tampoco ha traído luz. Menos tranquilidad, porque ese terror (creado por la Central de Inteligencia, CIA para frenar en su momento a la Unión Soviética en Afganistán), —desbordado desde Libia debido a la intervención yanqui—, campea a sus anchas.
Malí, Níger y Burkina Faso firmaron en 2023 un pacto de defensa mutua para restablecer la paz en los tres países víctimas del terrorismo. También solicitaron la salida de los militarse franceses y yanquis, como acto soberano. Sería infantil asegurar que en el corto plazo lograran acabar con ese flagelo, que a su vez trae varios otros aparejados, como la pobreza, la migración o el fanatismo.
Frente este acto valiente, los EE.UU. no se resigna. El general Langley mantiene un activismo frenético en otras naciones africanas afines.Por su parte, JoeBiden visitó Angolaen diciembre de 2024, con el propósito de dejar allanado el camino para intereses estratégicos del imperialismo, sin importar con cuál casaca partidista se vista la Casa Blanca. En Luanda promovió una millonaria inversión en un muy significativo proyecto ferroviario, para facilitar el transporte de minerales esenciales a los mercados mundiales, y propios.
Era de esperar; se juegan un enorme botín. África se ha convertido en terreno de la competición geoestratégica.
Nota 1: La trata de esclavos o negrera, efectuada por el Atlántico entre los siglos XV y XIX, fue uno de los movimientos migratorios forzosos más voluminosos de la historia. Las potencias marítimas de la época—Portugal, Holanda, Francia, e Inglaterra— se disputaron el negocio de esclavos en África.
Nota 2: El Sahel, constituye una extensa zona que atraviesa 6 mil kilómetros entre África Oriental y Occidental. AbarcaSenegal, Gambia, Mauritania, Guinea, Malí, Burkina Faso, Níger, Chad, Camerún y Nigeria.
Nota 3: La actual ola terrorista en África es de motivación religiosa. En su auge estuvieron implicados varios factores entre los que se alzó la ofensiva político—militar de Occidente sobre la región. En las últimas décadas se ha producido un aumento de hechos relacionados con acciones de grupos de las más variadas características, pero de todos puede decirse, sucintamente, quetienen un programa ideológico basado en una interpretación muy estrecha y radical del mundo musulmán, una de las grandes civilizaciones del mundo.
Hipervínculo: 1: https://rebelion.org/el-ano-2024-no-fue-un-ano-mas-para-africa/
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