LA OPCIÓN “A”: GUERRA NO CONVENCIONAL. MEMORIAS DE UN SECRETARIO DE DEFENSA DE EEUU.

18 de Mayo de 2022

Foto: Cortesía del autor.

Casi todos los miembros del Gabinete de Donald Trump durante su periodo al mando de la Casa Blanca, han escrito sus memorias sobre esa etapa. Hacerlo, al parecer, tiene el éxito garantizado mientras más escandalosas sean las revelaciones.

 

Pero cuando las memorias pertenecen a un Secretario de Defensa y hablan de decisiones para el uso de la fuerza militar contra naciones del Sur, es necesario ver más allá de la propaganda y la niebla de la política interna de EEUU.

 

En su recién publicado libro “Un juramento sagrado”, el exsecretario de Defensa de EE.UU., Mark T. Esper, un graduado de la Academia Militar de West Point y exmiembro de la infantería aerotransportada de EE.UU., narra con lujo de detalles los momentos en que los altos cargos de la Casa Blanca, debatían las posibilidades de una acción militar contra Cuba y Venezuela.

 

Se confirma que EEUU tenía intenciones de implementar un bloqueo naval, para impedir que el petróleo venezolano llegara a Cuba, en una estrategia que, impulsada por los más rancios intereses anticubanos, entonces cercanos al poder, buscaban derrocar de un mismo golpe a ambas revoluciones.

 

En el caso concreto de Venezuela, los detalles de la planificación realizada y los debates sostenidos por el equipo de seguridad nacional de Trump, indican que mientras un sector más agresivo y menos realista, liderado por gente como Mauricio Claver-Carone, promovía una invasión, el Pentágono volvía a proyectar el uso de la Guerra no Convencional, como opción priorizada para -en palabras de Esper- “evitar el uso incorrecto de las FFAA de EEUU”.

 

¿Para qué lanzar divisiones de asalto y miles de soldados si se puede entrenar a los propios venezolanos para que peleen? Parece ser la pregunta que motivó la postura del Departamento de Defensa, mientras exploraban si el autoproclamado Juan Guaidó tenía los pantalones para liderar una insurgencia de tal clase.

 

Así lo narra el propio Esper al recordar su diálogo con Guaidó:   

 

“Sr. Presidente, ¿su gente realmente estaría dispuesta a organizarse, entrenarse y luchar?”. Después de todo, el ejército estadounidense tenía experiencia en el entrenamiento de fuerzas extranjeras y esta era una solución mucho más efectiva que usar tropas estadounidenses contra Maduro. Guaidó dio una respuesta indirecta que concluyó diciendo que “sí, lo harían”. No sonaba tranquilizador.

 

Según Esper, los informes hablaban de alrededor de 4,5 millones de venezolanos que habían huido del país, y muchos de ellos cruzaron la frontera con Colombia hacia el oeste y el sur para encontrar refugio allí. “Si algunos de ellos pudieran ser entrenados y equipados por EEUU”, preguntó, “¿estarían realmente dispuestos a luchar?”.

 

Confiesa el exsecretario de Defensa que no estaba buscando asumir esta misión, pero pensó que era más viable y aceptable que algunas de las opciones propuestas por los asesores de seguridad nacional. Su percepción de la disposición de la oposición venezolana a luchar nunca le inspiró confianza. 

 

En los debates internos con el Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, General Mark Milley, quien por cierto, aún ocupa ese puesto, Esper narra que contra Venezuela se sopesaron opciones “menos directas”, como operaciones cibernéticas o actividades apoyadas por EEUU pero realizadas por la oposición. Cuenta que el general Milley también pensó que se deberían considerar opciones de guerra irregular, como el entrenamiento y el armamento de los expatriados venezolanos por parte de EEUU, algo para lo cual “tenía una larga experiencia”.

 

Según se deriva de lo narrado por Mark Esper, EE.UU nunca se aventuró a promover formaciones irregulares y grupos paramilitares contra Caracas, algo difícil de creer, a juzgar por las complejas operaciones antiterroristas que ha tenido que desarrollar Venezuela, para expulsar de su territorio a narcotraficantes e insurgentes procedentes de Colombia.

 

Para saber la verdad habrá que esperar a otra edición de sus memorias por parte de Esper, probablemente en la vejez. 

 

Pero realmente no las necesitamos. Los diálogos narrados y la conducta asumida por el Departamento de Defensa bajo Trump, indican algo que ya sabíamos y que se ha venido reiterando desde Libia hasta nuestros días: EEUU no comprometerá a sus FFAA, si puede usar a la propia población de los países objetivo como soldados contra sus gobiernos, con la aplicación de métodos de Guerra no Convencional.

 

Para ello evaluarán la “disposición a luchar”; las condiciones objetivas; el “área de operaciones”; las acciones que deben ejecutarse para “prepararla”; los métodos de desgaste más efectivos y por último, las vías para convertir a opositores “no violentos” en combatientes armados, entregando los recursos para asegurar la transición, de la forma más conveniente posible. 

 

El método no inició, ni acabó bajo Trump. La Guerra no Convencional tiene total vigencia y se ejecuta hoy, contra múltiples escenarios, incluidas Cuba y Venezuela, sin que haga falta que nos enteremos dentro de 10 años, cuando algún funcionario de época se aventure a narrar sus memorias. La guerra es hoy, y la victoria también. Sirvan las memorias de Mark Esper para conocer mejor la mente torcida de nuestros enemigos y continuar derrotando sus planes.

  • Foto: Cortesía del autor.

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