La Industria Cultural Musical

20 de Febrero de 2024

Foto: Cortesía del autor

La música es una de las manifestaciones artísticas de mayor aceptación entre los seres humanos. Históricamente ha estado vinculada al propio desarrollo de la sociedad y se convierte en un instrumento poderoso de comunicación entre grupos sociales.

 

A lo anterior se suma, en el contexto actual, su panorama geopolítico distinguido por el empleo de la cultura como arma de dominación y el uso de recursos e instrumentos para modificar, sustituir o cambiar la identidad de los pueblos.

 

Es notorio el elevado poder de convocatoria que tiene esta manifestación artística y su capacidad para aglutinar. Hoy se emplean con mayor intencionalidad mecanismos menos evidentes para incrementar posibilidades de persuasión y movilización de los públicos, que  favorecen la construcción de consensos a favor de los intereses del poder.

 

La música también forma parte del amplio engranaje que establecen los grupos hegemónicos para garantizar y fortalecer su dominación. Algunos estudiosos analizan estos mecanismos como parte de la propia ideología del capitalismo. Entre ellos, el filósofo y sociólogo Theodor Adorno la califica como medio de expresión y la relaciona con las industrias culturales, de las que subraya su desconfianza al considerarlas instrumentos de poder a disposición de las élites.1

 

¿Es la Industria Cultural Musical un instrumento de poder?

 

Un acercamiento al término «industria cultural» o «industria del entretenimiento» (o showbusiness), nos remite al conjunto de empresas e instituciones cuya principal actividad económica es la producción de «productos culturales», en particular aquellos que aportan mayores dividendos. Son el resultado de la concentración de empresas o de megafusión de corporaciones, concentrándose en ellas grandes firmas multiproductoras.2

 

La Industria Cultural Musical forma parte de grandes conglomerados, dedicándose a producir, divulgar, distribuir y, en consecuencia, dirigir el consumo de la música. Su ejecución se encuentra bajo el control de grupos concentrados en grandes firmas productoras musicales.

 

El mercado musical se encuentra liderado por las compañías: Universal Music Group (25.9%), Sony Music (14.1%) que incluye a la EMI (12.0%) más la BMG (11.1%) y la Warner Music (11.9%). Mientras los sellos discográficos independientes son solo un 25.0% del mercado.3

 

En la actualidad aproximadamente doscientas empresas transnacionales influyen en el control de la política mundial de los gobiernos y ejércitos. En este sistema los productos musicales se emplean como vías para manipular, subvertir y construir patrones de gustos que le favorezcan.

 

La amplia gama de productos que se propagan en el mercado les permite llegar a todo tipo de públicos y cubrir las demandas que ellos mismos originan. No obstante, como tendencia no está la de la propagación de valores culturales y universales, sino de aquellos que respondan al modelo hegemónico norteamericano y al sistema capitalista.

 

En gran mayoría los productos que promociona esta industria cultural, favorece la conformación del mal gusto y limitan las capacidades del desarrollo de los individuos de cualquier sociedad.

 

La Industria Cultural Musical y los planes subversivos contra Cuba

 

Como parte de las estrategias de Guerra No Convencional, la subversión política e ideológica ha estado entre los planes organizados y subvencionados para destruir la Revolución. Dentro de ellos también aparecen los vínculos con la Industria Cultural Musical, en la que existen acciones dirigidas y planificadas por la CIA y otras agencias que han tenido a Cuba como Teatro de Operaciones.

 

A partir de los amplios fondos aprobados con estos fines por el gobierno de los Estados Unidos, se han creado y contratado agencias como USAID, EXIT y Creattive para ejecutar proyectos subversivos en función de la desestabilización en la Isla.

 

Lo anterior se comprobó en el Festival de Música Rotilla (1998), en el Festival de Rap Habana Hip Hop (2006) y en acciones alrededor del concierto Paz sin Fronteras (2009). En estos ejemplos el gobierno cubano cuenta con pruebas que demuestran la participación de agentes al servicio de las agencias nombradas anteriormente, muchas de ellas pertenecientes a la administración de los Estados Unidos.

 

Los planes de reclutamiento a músicos, la manipulación de la opinión pública y los intentos de deslegitimizar a las instituciones culturales creadas por la Revolución han sido algunas de las formas y vías empleadas.

 

¿Será casual que músicos de origen cubano hayan empleado su imagen pública y su arte en contra del gobierno cubano y de la Revolución, y a cambio reciban premios, regalías, conciertos o nominaciones?

 

Nada queda al azar, lo anterior lo demuestra el hecho de que no se puede descartar el factor humano con que cuenta la industria cultural y el papel que desempeñan los artistas en las actuales guerras, convertidos en actores políticos al servicio de los intereses hegemónicos de las elites de poder.

 

Los intercambios culturales y eventos musicales de carácter internacional, la manipulación a los públicos, el empleo de las redes sociales y los perfiles de los artistas en convocatorias y manifestaciones en contra del proyecto sociopolítico cubano dejan claras las estrategias y el accionar contra la Mayor de las Antillas.

 

Ante la presencia de elementos seudoculturales y códigos de patrones hacia lo kitsch, lo superficial y la vulgaridad en la sociedad cubana, no quedan dudas de cómo el gobierno de los Estados Unidos apuesta hacia la injerencia en nuestra cultura con el objetivo de desestabilizar y desacreditar las conquistas de la Revolución, lo cual exige realizar acciones que tributen al crecimiento del hombre desde lo político, lo ético y lo estético, con la participación activa de artistas, intelectuales y la sociedad en general.

 

Referencias:

 

 1 Horkleimer y Adorno, T. Ilustración como engaño de masas, en Dialéctica del Iluminismo. Escuela de Filosofía Universidad ARCIS Disponible en: https://www.philosophia.cl/. Consultado el 25 de octubre de 2022.

2 Ramonet, Ignacio. Propagandas silenciosas. Masa, televisión y Cine. Editorial Fondo Cultural del Alba, 2006.

3 Informe sobre la música digital de la IFPI. Disponible en: https://www.ifpi.org. Consultado el 25 de octubre de 2022.

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