Cuando se conjugan la sencillez, la dulzura y la fortaleza propias de una mujer —más aún la cubana— cada caballero tiene que detenerse a admirarla; y cuando se trata de una tarea tan trascendente como la defensa de la Patria, estas jóvenes adquieren una dimensión infinita.

La Revolución, orgullosa de todos sus hijos, cuenta con un inmenso baluarte, al poseer a cada una de las muchachas que integran el Servicio Militar Voluntario Femenino. Las jóvenes iluminan la disciplina, educan con su presencia a todos los combatientes. Su empeño nos impulsa a ser mejores cada día.

El principal propósito de estas jóvenes, es aprender a defender la tierra que las vio nacer y en caso de ser necesario, ir a luchar a naciones hermanas. Todas son soldados de esta Isla y sabrán poner en alto la frase de nuestra heroína Vilma Espín, cuando dijo: “Que tiemblen los enemigos de un pueblo donde cada mujer es un soldado de la Patria”.