Poema CXXIII
Como todos los niños, cuando yo lo era, solía preguntar a mi madre de dónde me habían traído...
Y como todas las madres, fabricaba la mía para contestarme, una tierra de leyenda o escogía entre los países del mundo, el que le parecía más hermoso.
Pero, no sé por qué, recuerdo que, a pesar de su buena voluntad, una vaga decepción seguía siempre a la respuesta; creía yo a mi madre; pero, una vez satisfechas mis turbadoras curiosidades, me quedaba por mucho tiempo triste.
¿Qué era lo que mi pequeño corazón soñaba entonces? ¿De qué flor hubiera querido brotar; de qué nube salir volando como un pájaro?
No lo sé todavía, y ahora pienso que sólo la verdad era digna de mi sueño.
Mi madre no podía ofrecerme nada más hermoso que ella misma... Pero si me hubiera dicho, era su verdad tan maravillosa, que no la hubiera creído.
Comentarios
En este sitio no se admiten comentarios que violen, incumplan o inciten a romper legislaciones cubanas vigentes o atenten y dañen el prestigio de alguna personalidad o institución, así como tampoco aquellos que contengan frases obsenas, groseras o vulgares. Verde Olivo se reserva el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas antes expuestas.