Con la fe de las almas austeras
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Con la máxima de ser un ejército constituido por el pueblo, nacieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Foto: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo
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La mujer, imprescindible en la defensa. Foto: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo
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Listos para cualquier misión. Foto: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo
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La clave de la victoria es una preparación permanente. Foto: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo
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Las FAR siempre están acompañadas de historia. Foto: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo
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“Ustedes son el más preciado orgullo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias”, Raúl Castro Ruz. Foto: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo
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Control y disciplina: medulares en cualquier ejército. Foto: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo
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Un soldado grande de alma lo es también de valor. Foto: Archivo de la Casa Editorial Verde Olivo
Con la máxima de ser un ejército constituido por el pueblo, nacieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de esa matriz guerrillera que desembarcó por Las Coloradas, el 2 de diciembre de 1956.
En estos años, han crecido y se han organizado lo suficiente como para persuadir al país más fuerte del mundo de mantener distancia.
Existen muchas tareas: Velar por la soberanía de la Patria y las conquistas del socialismo; preparación sistemática; vigilancia permanente; eficiencia constante… Pero lo fundamental para las FAR son sus hombres y mujeres, porque en ellos recae el deber insomne de sondear nubes, custodiar montañas, patrullar mares y labrar la tierra para proteger aquello más preciado por la Revolución: el pueblo.
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