¡¿Y Teresita no tiene grados?!
Tal vez los más jóvenes solo recuerden a Teresita Segarra por su constante trabajo en el Noticiero Nacional de Televisión durante años; sin embargo, sus inicios en este medio fueron dentro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Es Teresita Segarra: Bella, sencilla, segura y locuaz; ciertamente lo que las Fuerzas Armadas Revolucionarias buscaban en los inicios de FAR Visión.
“Cuando empecé en FAR Visión ya trabajaba en la televisión. Precisamente comencé en junio, y en octubre las Fuerzas Armadas solicitaron a una locutora poco conocida, sin popularidad…y me seleccionaron. En el setenta me inicié en la pantalla chica, y casi a la par en este espacio, donde trabajé por diez años”.
¿Cuáles eran las características del programa?
– Era en vivo en el estudio. Después, fue de los primeros con cámaras de video, entonces empezamos a hacerlo en exteriores, en las unidades militares.
“Debía ser muy precisa, ¡pero tanto!, que mientras hacía una presentación, por detrás de mí iba pasando un helicóptero, y esa toma era imposible repetirla, o estaban tirándose los paracaidistas, y yo hablando en cámara”.
Ciertamente, fue una de las primeras imágenes femeninas de las FAR en los medios de comunicación. ¿Esto ha significado…?
–Un gran orgullo, en realidad siempre se ha vinculado a las Fuerzas Armadas con los hombres, y verla representada por una mujer, ¡y durante diez años!, ¡imagínate!… “Era un soldado raso, no obstante, debía ponerme todos los uniformes. Cuando hicieron los nuevos trajes hubo un programa para exhibirlos, eso conllevó tres días de filmación. Así estuve, hasta que el general Sixto Batista preguntó: ¿y Teresita no tiene grados? Y le dije: no, soy de la televisión, no soy militar. Entonces contestó que iban a procesarme por la reserva. Y me hicieron el ascenso. Ahora soy primer teniente.
“Siempre estuve orgullosa de mi uniforme verde olivo. Además de salir en televisión, cuando iba a las unidades militares me vestía así, no llevaba otra ropa. Tuve de campaña, diario, gala, de la marina. Me sentía guardia y presumía de serlo, sinceramente”.
¿Cuánto de bueno le dejaron esos años?
–Este espacio televisivo constituyó una escuela de locución, me puso a prueba, y eso fue lo más bello para mí. Una década nutriéndome con su quehacer. Siempre lo digo: en mi período laboral, de 35 años en la televisión, el paso por FAR Visión no lo puedo olvidar jamás, porque además, tuve la oportunidad de no solo dedicarme a él; no estuve limitada nunca para hacer otro tipo de programación.
“Por ese entonces salía en Tránsito, A Jugar, Buenas Tardes, festivales del creador musical, el Guzmán. Y también por ese tiempo estudié la carrera de Periodismo, me perfeccioné como locutora.
“He conocido todos los armamentos, pues he estado con ellos: en un tanque, un helicóptero…, menos en un Mig. También en las lanchas de la marina, todos momentos muy emocionantes.
“¡Y siendo la única mujer!, rodeada de hombres. Eso no es fácil; pero siempre recibí el respeto y la distinción de cuantos estaban a mi alrededor, tanto de mi equipo de trabajo, como del personal de unidades militares y el alto mando”.
También sabemos que sus nexos con las FAR se prolongaron incluso fuera de Cuba, hasta a Angola…
–Allí cumplí dos misiones internacionalistas. La primera fue en el grupo de Verde Olivo, y estuve el año completo laborando para radio, en Luanda, sin movernos de ahí. “Teníamos la responsabilidad de hacer un programa radial para todos los cubanos y conocedores del español en Angola y Mozambique. Otra periodista y yo redactábamos los quince minutos de noticias, y el resto lo hacía con el locutor. Fue muy creativo y eso me satisfizo enormemente.
“Llevé mucha información y entonces difundimos programas con canciones, poemas, con la historia de orquestas cubanas. Y las cartas recibidas eran…, para qué… Teníamos también nuestra sección de lectura de cartas, gracias a ella creé una interacción muy fuerte con los soldados.
“Luego vine para acá, y como ya existía la posibilidad de llevar un equipo de video, me preguntaron si quería regresar, y así lo hice. “Las dos veces las experiencias fueron estupendas.
Profesionalmente, y como mujer, como revolucionaria, como comunista… como patriota”.
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