Guillermo Tomás: arquitecto de la cultura musical cubana

30 de Octubre de 2025

Guillermo Tomás Bouffartigue es reconocido como iniciador del pensamiento musicológico cubano. Foto: La Jiribilla

 

Octubre es un mes profundo que dio vida a la primera lucha independentista en Cuba, al estreno de «La Bayamesa»—para siempre Himno de Bayamo— y, como consecuencia, al Día de la Cultura Cubana. El nacimiento y la muerte de aquel hombre asombroso que fuera Guillermo Manuel Eduardo Tomás Bouffartigue también sucedió en octubre. La vida y la muerte, los estrenos, el fin, el inicio de todo: nuestra historia.

 

El 20 de octubre de 1868,durante la toma de Bayamo,fue cantada por primera vez en combate una pieza musical de guerra que 112 años más tarde marcaría la fecha como Día de la Cultura Nacional. Dos días antes, nacería el hombre destinado a estrenar la versión instituida como Himno Nacional de Cuba. La Banda Municipal de La Habana, bajo la dirección del maestro Guillermo Tomás, interpretaría semejante obraen la Convención Constituyente de 1900. 

 

Sin embargo, no sería esta la única hazaña en su larguísima hoja de vida.La persona, el genio musical, el patriota y el pedagogo incansable que fue Guillermo Tomás no ha sido lo suficientemente elogiado. 

 

Nacido en Cienfuegos el 18 de octubre de 1868, Guillermo Manuel Eduardo Tomás Bouffartigue dedicó su vida a estudiar, componer, dirigir y difundir la enseñanza musical en Cuba.Creó instituciones y métodos que formarían a generaciones de artistas durante el crucial tránsito del siglo XIX al XX.Desempeñó magistralmente la dirección de orquestas, bandas, coros y otros formatos instrumentales.Su labor, desarrollada en un contexto de efervescencia nacionalista, combinó el rigor académico con una clara vocación de servicio a la cultura insular.

 

Proveniente de una familia de ascendencia francesa,su formación musical transcurrió desde pequeño tanto en Estados Unidos —cuando viajó por algún tiempo junto a su padre— como en Cuba, bajo el método de Sebastián Güell y Antonio de la Rubia. A la vez aprende flauta con José Manuel Lasquetty y perfecciona sus conocimientos con el flautista sagüero Ramón Solís. Esta educación le permitió dominar el instrumento e iniciarse en los estudios de armonía e interpretación. Más adelante estaría listo para enfrentar la composición y la dirección orquestal, herramientas que aplicaría décadas después en proyectos más ambiciosos.

 

Para 1886 conforma, en Cienfuegos, el trío francés «La Montañesa»que se caracterizaba por la interpretación de contradanzas, gavotas y paspiés. 

 

Tres años más tarde regresa a Estados Unidos y estudia en el «Conservatorio de la Clionian Musical Society Orchestra of Brooklyn» donde más adelante sería profesor, director artístico y, finalmente, director.

 

Su vida en el país norteño transcurre bajo la efervescencia de las actividades del movimiento de emigrados revolucionarios junto a su esposa Ana Aguado, con quien contrajo nupcias en 1890. Entre ambos organizaron y participaron en innumerables conciertos con fines recaudatorios, lo cual no escapó de la aguda mirada del Apóstol:

 

«Lo muy atareado de mi vida, y el temor de parecerle intruso, han sido la causa de que no fuese en persona, como me lo manda mi sincero afecto, agradecer a usted y a su esposo el servicio que nos presta, y es a mis ojos mucho mayor por lo espontáneo. Pero tendré, a la primera ocasión, especial placer en estrechar la mano del señor Tomás, y ponerme a los pies de nuestra noble y admirada artista».1

 

La pareja regresa a Cuba en 1899 y se incorporan como profesores del Conservatorio Nacional de Música que dirigía el compositor Hubert de Blanck. El triste panorama de la ocupación norteamericana también dejaba sus huellas en la cultura, cada vez más contaminada. Es así que vuelcan sus esfuerzos en el rescate y consolidación de ese sentimiento nacionalista frustrado con el fin de las guerras de independencia. Y el primer paso fue la fundación del Instituto Vocal Aguado-Tomás. Más adelante Guillermo creóla Banda Municipal de la Policía —única organización musical de esa índole en el país—, que posteriormente se convertiría en la gloriosa Banda Municipal de La Habana y cuyo principal objetivo era la divulgación de las grandes obras musicales para la superación cultural del pueblo.

 

Es entonces cuando ocurre aquel momento significativo:el conjunto es designado,en 1900, para la interpretación oficial de «La Bayamesa» como Himno Nacionalde Cuba. La conmoción y el sentimiento de los músicos durante la ejecución estuvo permeada por el simbolismo de devolverle a la marcha de guerra nacida de la primera lucha su verdadero lugar en la historia.

 

La gloria alcanzada por esta agrupación fue más allá de las fronteras de la isla. Numerosas giras y conciertos, así como un sinfín de premios y reconocimientos como las medallas de oro en la Exposición de Buffalo, en Condado de Roxbury y el Ayuntamiento de Nueva York fueron alcanzados bajo el mando del incansable maestro.

 

Aun así, las inquietudes de Tomás no quedaron al margen de las necesidades del pueblo en la formación musical y constituye la«Escuela de Música Municipal Dr. Juan Ramón O’Farrill» —más adelante conservatorio Amadeo Roldán—, primera institución oficial y gratuita de este tipo en Cuba.

 

Al parejo de estas labores, también fundó el Orfeón La Lira Habanera en 1904, y en 1910 la Orquesta Sinfónica de La Habana —primera Orquesta Sinfónica cubana—. Fue nombrado como miembro y posterior presidente de la sección de músicade la Academia Nacional de Artes y Letras, miembro de la Real Academia Gallega e «Hijo Ilustre» de la ciudad de Cienfuegos. Para 1911 recibe el título de «Doctor en Música» por el Gran Conservatorio de Música adjunto a la Universidad de Nueva York. Sería el primer músico cubano en ostentar taldenominación.

 

Es precisamente en el campo de la investigación musical donde obtiene valiosos resultados. Guillermo Tomás es considerado como uno de los iniciadores del pensamiento musicológico cubano desde las últimas décadas del siglo XIX.  Muestra de ello lo constituye su extensa bibliografía donde figuran textos como Breve historia de la música, Fases del género sinfónico contemporáneo,Las grandes etapas del arte musical,Los grandes poetas tonales,Orientaciones del arte tonal moderno, Richard Wagner, La Francia heroica, La América invencible, Mujer y arte, y Acotaciones para una historia de la música en Cuba.

 

En 1922 sufrió la desdicha de ver partir a su esposa y compañera de tantos años. En su memoria compuso «Cuentas de mi rosario», una de las piezas más emotivas y recordadas de su repertorio.Y como toda historia debe tener un final, la muerte alcanzó a este artista incansable a finales de octubrede 1933 cerrando el ciclo que comenzara sesenta y cinco años antes.

 

Su legado hoy se defiende con orgullo desde aulas y escenarios. En el conservatorio que lleva su nombre, en el corazón de Guanabacoa, los alumnos que hoy aprenden música son la prueba más hermosa de que la obra perdura más allá del tiempo.

 

Referencia:

  1.  José Martí: «Carta a Ana Aguado de Tomás, 7 de junio de 1890», Obras Completas, t. XX, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975.

Fuente consultada:

Alegna Jacomino Ruiz: Guillermo Manuel Eduardo Tomás Bouffartigue. Un músico en pro de la cultura patria. RUTH Casa Editorial. 2023.

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