Bastión, el periódico soñado

19 de Julio de 2023

En la redacción del periódico Bastión (la periodista Marieta Cabrera está sentada frente a la máquina de escribir, junto a ella, María de las Nieves). Foto: Cortesía de la autora

Todavía, alguna que otra vez, cuando subo las escaleras del Combinado Poligráfico Granma, no puedo dejar de recordar a Bastión, el órgano oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que durante tres años radicó en esa instalación. Tuve la suerte, junto a un grupo de jóvenes periodistas y otros ya consagrados, de integrar el equipo al cual confiaron la responsabilidad de echar a andar el periódico soñado.

 

En abril de 1987 ya sabíamos que se iba a concretar la creación del nuevo medio de prensa, y con esto desaparecían los órganos de los distintos ejércitos y tipos de fuerzas armadas. Para ese fin, se organizó un curso intensivo en la Casa Central de las FAR, quecontempló la realización de prácticas periodísticas en Granma, la entonces Agencia de Información Nacionaly otras publicaciones.

 

Fue esta una oportunidad para que los ocho graduados de Periodismo, que desde 1984 prestábamos servicio social en las FAR, nos reencontráramos. Estábamos entre hermanos y la buena energía, el entusiasmo y los deseos de crear eran ingredientes ideales para el propósito que se deseaba.

 

En el quinto piso del recién estrenado Combinado Poligráfico, fueron creadas excelentes condiciones materiales para el nacimiento de nuestro “hijo”, como le decíamos. Luego de algunas pruebas, el 21 de julio de 1987, Bastión salió a la calle. Esa noche, ninguno durmió. Permanecimos en la redacción, en espera del alumbramiento de la “criatura” a la cual dábamos vida. Como a las diez de la mañana vimos el primer ejemplar, revelaba la inexperiencia, tanto de la dirección elegida como del juvenil colectivo. Primero se publicaba una vez a la semana y después dos o tres veces, hasta que llegó a convertirse en diario vespertino.

 

A mi mente acuden nombres de aquella corta travesía que hoy son periodistas consagrados en la prensa cubana: Bárbara Avendaño, Sahily Tabares, Pastor Batista, Marieta Cabrera, Alina M. Lotti, María Julia Mayoral, Luis Lino Hernández y Felipa Suárez. El equipo de fotorreporteros constituía una buena batería, entre estos, Juvenal Balán, Rolando Pujols, Jorge Luis González yEugenioDuquesne.

 

Hay alguien especial que inspiró saberes y cariño. Fue ElioConstantín. Ya jubilado, blanco en canas y con una larga experiencia, comenzó a prestar servicio como corrector de estilo. Con una amabilidad tremenda, cuando tenía dudas en un trabajo, se nos acercaba y decía: “¿Usted cree que se pueda cambiar ese verbo…?” y si alguien le respondía: “Profesor, si usted lo dice, está correcto”, y él contestaba: “No, el reportaje es suyo y debe estar de acuerdo”.

 

El gran reto fue que la población asimilara y comprara Bastión. La mayor parte de los números se quedaba en los estanquillos, nadie lo conocía. Recuerdo que, por decisión del comité de base de la UJC, un domingo 14 de febrero salimos a vender periódicos a la calle. A algunos les daba pena. Me acuerdo que un hombre mayor me lo compró y dijo: “¡Caramba, tan joven y vendiendo periódicos!”. Para nosotros fue una aventura y el deseo de que las personas conocieran lo que hacíamos, nos motivaba.

 

Entre altos y bajos, Bastión no lograba imponerse. Existían corresponsales en los ejércitos y desde allí tributaban al medio. Realizábamos coberturas de maniobras combativas, festivales de las FAR y actividades deportivas; también se reflejaban los principales acontecimientos del país. El más leído resultaba el periódico del domingo.

 

Con la designación como nuevo director de Frank Agüero, quien tenía vasto dominio del quehacer periodístico en la esfera militar pudimos cambiar la imagen. El salto lo daríamos con las amplias entrevistas y reportajes que comenzaron a publicarse sobre los combatientes que cumplían misión internacionalista en Angola. Las hazañas de CuitoCuanavale, el heroísmo de los pilotos y médicos, la presencia de las mujeres artilleras, entre otros sucesos, fueron narrados por los corresponsales con gran sensibilidad. Y el periódico empezó a agotarse en los estanquillos.

 

Eran los instantes más complejos y todos querían ser corresponsales de guerra: Luis Lino Hernández y Antonio Pérez estuvieron en ese primer destacamento que partió a cumplir misión. Antonio era callado y a veces, tras sus espejuelos, parecía algo tímido. Sin embargo, en Angola demostraría su arrojo y sería uno de los héroes que dejaría esa contienda. Allí falleció el 27 abril de 1988. Los escritos de Luis Lino y Pastor Batista; las colaboraciones de César Gómez Chacón y Elsa Blaquier, entre otros colegas, prestigiaron en ese período las páginas de nuestro periódico.

 

Lamentablemente, el inicio del llamado Período Especial truncó el curso de Bastión. Me acuerdo de aquel viernes, 30 de septiembre de 1990, cuando llegamos a la redacción y nos comunicaron que el lunes la publicación dejaba de salir. Un nudo se me hizo en el corazón y empecé a llorar. Teníamos muchos sueños aúnpor concretar. Poco después, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, ministro de las FAR, se reunió con los colectivos de Bastión y la revista Verde Olivo, la cual también sufría el impacto de la carencia de papel. Nos alentó y aseguró que el mensaje patriótico se multiplicaría en todos los medios a los que íbamos a laborar. Sobre uno de los ejemplares del último número editado, Raúl escribió: ¡Volveremos a salir!

 

Duró tres años, pero fue suficiente para que Bastión ganara un espacio en nuestro corazón. A veces, cuando reencontramos a algunos de los colegas de aquellos años, recordamos anécdotas y siempre decimos: “Nunca más tuvimos un colectivo como ese”. 

  • Luis Lino Hernández, corresponsal de guerra en Angola, intercambia con el general de brigada Miguel A. Lorente y otros altos oficiales. Foto: Pastor Batista Valdés

  • María de las Nieves durante el cumplimiento de misión en Angola (1990-91). Foto: Cortesía de la autora

  • De izquierda a derecha, un oficial de las tropas especiales y los periodistas Pastor Batista y Alberto Núñez en Angola. Foto: Tomada de Cubadebate

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