19 de abril: aniversario 63 de la primera gran derrota militar del imperialismo yanqui en América.

19 de Abril de 2024

Mártires del Batallón 116 de las Milicias de Tropas Revolucionarias. Foto: Cortesía del autor

19 de abril del 2024, día glorioso en la larga historia de luchas de nuestro aguerrido pueblo, gestas dirigidas a alcanzar y preservar para todos los tiempos su independencia y soberanía. Se cumplen en esta jornada 63 años de la primera gran derrota militar propinada por los hijos de esta tierra de gigantes al imperialismo yanqui en las arenas de Playa Larga y Playa Girón. Fue a partir de esta fecha, como expresó posteriormente nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz con extraordinaria razón, en la que los cubanos luchamos por primera vez defendiendo la Patria bajo las banderas del marxismo leninismo y el Socialismo, y en que los pueblos de América fueron un poco más libres.

 

Quiero rendir tributo en esta sagrada jornada a cada uno de los integrantes del Batallón 116 de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) ―95 de los cuales participaron junto al Batallón de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en la defensa sagrada de la Patria―, en especial a los 32 gloriosos mártires que entregaron su sangre al lado de mi fallecido padre, Alberto Regincós Rodríguez (militante comunista, combatiente de la Revolución y en aquel entonces jefe del Segundo Pelotón de la Compañía Ligera de Combate del Batallón 116), quien junto a muchos otros estuvo cerca de engrosar también, en esa jornada, el panteón de los Héroes Eternos de la Patria.

 

Hago extensivo este homenaje a todos los héroes y mártires de Girón y de la Patria en su larga historia de luchas que cumple ya 154 años, desde el 10 de octubre de 1868 hasta nuestros días.

 

El Batallón 116

 

El Batallón 116 de las MNR, perteneciente al Sector 4 de las milicias en la capital,bajo el mando del entonces Capitán del Ejército Rebelde compañero Osmani Cienfuegos Gorriarán; fue constituido a finales del año 1960 en un área cercana al Hotel Comodoro, exactamente en la casa situada en 7ma. y 84, Miramar, lugar donde radicó su sede y jefatura.

 

Sus integrantes, quienes ya habían pasado diferentes escuelas de milicias, entre ellas las de Kuquines y El Esperón por jornadas de 15 y 45 días respectivamente, y recibido sus emblemáticas boinas verde olivo de milicianos luego de haber caminado los históricos 62km, procedían de las capas más humildes de la población y vivían en las zonas de Bauta, Caimito, Punta Brava, Santa Fe, Jaimanitas, La Lisa, Marianao y Miramar, solo unos pocos residían en el Vedado.

 

Al decretarse en todo el país la primera gran movilización militar ―ordenada por la dirección de la Revolución ante el peligro de agresión imperialista como consecuencia del cambio de presidente en los Estados Unidos―, este Batallón permaneció movilizado todo el tiempo con las armas en la mano, desde el 31 de Diciembre de 1960 hasta el 20 de Enero de 1961, en la zona de Arroyo Arenas, La Lisa.

 

Luego de finalizar dicha movilización, parten de inmediato para la Lucha contra Bandidos (LCB) en  la Limpia del Escambray, en donde permanecen hasta mediados de la primera quincena del mes de abril, tendiendo cercos y peines, y ocupando posiciones frente a las bandas de alzados contrarrevolucionarios que, al servicio del imperialismo yanqui, operaban en esas lomas del centro del país.

 

Cuando el día 15 de abril de 1961se produce el criminal y traicionero ataque imperialista a los aeropuertos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Antonio Maceo en las ciudades de La Habana y Santiago de Cuba; un número importante de los integrantes de la Compañía Ligera de Combate ―quienes habían regresado hacía pocos días de la LCB― se encontraban de guardia en la jefatura del Batallón en Miramar. Rápidamente un grupo de ellos emplazaron una ametralladora calibre "50" en la azotea de la casa para repeler con fuego el vil ataque. Esta acción se considera su primera participación en esa epopeya.

 

Al consumarse la invasión mercenaria por las costas Playa Larga y Playa Girón el día 17 de Abril, 95 integrantes de la Compañía Ligera de Combate del Batallón 116 son trasladados a una casa de milicias ubicada en la zona de Jaimanitas, desde donde fueron llevados posteriormente para la antigua unidad motorizada de la PNR (a un costado del antiguo Castillo de Atarés), y recibidos en ese lugar por los entonces comandantes Efigenio Ameijeiras Delgado y Samuel Rodiles Planas, y los capitanes José Sandino y Luis A. Carbó Ricardo, jefes todos del glorioso Batallón de Combate de la PNR. Ya en este lugar, y luego de ser incorporados como tropa de reconocimiento y exploración al Batallón de la Policía, el Capitán Carbó les expresa con sentidas palabras que producto de la complejidad y el peligro de la misión que iban a realizar, posiblemente muchos de ellos no regresarían con vida, que la decisión de participar era totalmente voluntaria, que los que no estuvieran en condiciones de hacerlo no recibirían ningún tipo de reproches y que por lo tanto, los que tuvieran la disposición de partir a defender el suelo agredido de la Patria, que lo expresaran dando un paso al frente.

 

Los 95 milicianos dieron el paso, por lo que partieron al campo de batalla con una misión bien definida: convertirse en exploradores de las fuerzas del Batallón de la Policía hasta hacer el primer contacto con los invasores, quienes luego de haber sido desalojados de Playa Larga por las fuerzas revolucionarias durante los combates de los días 17 y 18 de abril, se habían atrincherado fuertemente con el grueso de sus hombres y armas en su último y desesperado reducto: Playa Girón.

 

Esa importante misión, que efectuaron de forma heroica sin poseer conocimientos ni experiencia alguna, propició que fueran ellos los primeros en chocar con los invasores entre las 7:00 am. y las 7:30 am. del día 19 de abril durante la ofensiva final en el frente oeste, y que combatieran de forma ininterrumpida y violenta hasta las 5:30 pm. -hora de la victoria definitiva- frente a un enemigo muy superior en armas y posición, ya que combatieron solo con sus fusiles de infantería contra todo tipo de armamento de grueso calibre que poseían los mercenarios (un tanque M-41 Walker Bulldog, un camión fuertemente artillado, cañones S/R de 75 y 57 mm, morteros de 106.7 y 81 mm, lanzacohetes de 3.5 pulgadas, ametralladoras calibres "50" y "30", entre otras).

 

Los daños para el batallón cubano fueron 14 muertos, 22 heridos y 11 prisioneros en aproximadamente once horas de encarnizados combates durante la ofensiva final. De esta forma se convirtió en la unidad de combate de las fuerzas revolucionarias que más bajas sufrió (el 50 %), en proporción de hombres, entre todas las unidades que participaron en la epopeya de Girón. Teniendo en cuenta que no fueron enviados la totalidad de los efectivos al frente: solo los 95 integrantes de la Compañía Ligera de Combate.

 

Bajo las órdenes directas de los gloriosos comandantes y capitanes señalados anteriormente y junto a los 14 mártires del Batallón 116 y los 17 del Batallón de la Policía, cayó en combate el legendario capitán Carbó. Para todos ellos: ¡Gloria Eterna!

 

Luego del regreso triunfante de Girón el día 23 de Abril de 1961, el Batallón 116 de las MNR continuó elevando su preparación militar dirigida a la defensa de la Revolución. Destacó la creación del pelotón especial de fusileros-granaderos, integrado por un grupo de los miembros de la Compañía Ligera de Combate luego de cursar esa especialidad en la escuela del Caribe. Cumplieron, además, otras importantes misiones en función de la independencia y la integridad de la Patria, entre ellas la movilización permanente con las armas en la mano en la zona de Guanajay, provincia Pinar del Río, durante los gloriosos y difíciles días de la crisis de octubre en el año 1962.

 

Este glorioso batallón permaneció constituido hasta la desintegración total de las milicias luego de las nuevas estructuras defensivas adoptadas por el país.De allí salieron un número importante de milicianos para engrosar las tropas regulares de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, las filas del Ministerio del interior, las unidades de la Reserva, la Defensa Civil, el Partido, la Unión de Jóvenes Comunistas y las organizaciones de masas, entre otros destinos. Existió, además, un grupo numeroso de estos milicianos que en los años siguientes cumplieron importantes y heroicas misiones internacionalistas.

 

Para todos ellos, el recuerdo eterno y agradecido de la Patria y del pueblo de Cuba.

  • Mártires del Batallón 116 de las Milicias de Tropas Revolucionarias. Foto: Cortesía del autor

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