Unidad: prioridad para los mambises
Los hechos que dieron inicio a la guerra de los Diez Años pusieron de manifiesto la decisión de luchar por la independencia de Cuba. Pero la falta de unidad podía impedir la buena marcha de la revolución.
La guerra carecía de un mando único, tanto en el aspecto militar como político. Además, se hacía necesario limar asperezas y llegar a criterios comunes sobre cómo debía dirigirse el combate. Ante esta situación los revolucionarios convinieron en la celebración de una asamblea con la representación de las tres regiones sublevadas.El objetivo fundamental sería lograr la unidad.
Para celebrarla fue escogido el poblado de Guáimaro y fijada la fecha del 10 de abril de 1869, exactamente seis meses después de comenzada la guerra.
El día 9 Guáimaro recibió a los representantes de cada región con gran júbilo y a la mañana siguiente se reunieron los constituyentes en la espaciosa sala de una casa cedida por su dueño para la asamblea.
Los acuerdos tomados en dicha asamblea fueron recogidos en la primera ley fundamental de Cuba: la Constitución de Guáimaro, redactada y aprobada durante la reunión. El texto fue copiado por Ignacio Agramonte y Antonio Zambrana y se componía de 29 artículos.
Al concluir la Asamblea de Guáimaro, se había hecho realidad la primera manifestación de unidad política cubana. Además, dio oportunidad a los insurrectos de discutir sus ideas y de intercambiar opiniones; puso de manifiesto que en los patriotas que dirigían la lucha estaba el interés de la Patria por encima de recelos, discrepancias y personalismos, y que sólo a través de la más estrecha unidad podía alcanzarse la victoria.
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