Laboriosidad, entrega, humanismo, maternidad responsable e inteligencia son algunas de las características que describen a la mujer cubana actual; sin embargo, este no es el único momento donde las féminas de la Mayor de las Antillas se destacan por valores como el coraje, el patriotismo, el ímpetu y la osadía.

La historia demuestra que sin ellas no hubiesen sido posibles ninguna de las conquistas de la Revolución. Apreciable desde las figuras de Mariana Grajales, Amalia Simoni y Bernarda Toro hasta Celia Sánchez, Vilma Espín y Haydée Santamaría, incluso, podemos acercarlo más a este siglo y citar a las científicas, oficiales, obreras y artistas de nuestro tiempo.

Disímiles son las circunstancias que la sitúan en la cúspide del honor y el deber, los escenarios varían, pero las responsabilidades siempre han sido inmensas y se asumen con el mayor ahínco. Algunos contextos son favorables, otros no tanto y el presente constituye de los más difíciles.

Debido al importante papel asumido por nuestras Marianas en el enfrentamiento a la covid–19 destacamos el arrojo de las cubanas ante dicha situación epidemiológica. Orgullo, vocablo que describe exactamente lo que sentimos al ver a las oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior al velar por la tranquilidad ciudadana, lo mismo en la colas de las tiendas, que en la vía o al apreciar a la cajera que despacha en determinado mercado o la bodeguera, o la mensajera, o la enfermera que está en otro país ayudando a combatir dicha pandemia.

Admiración profesamos por las médicas que se enfrentan día a día a pacientes graves debido al nuevo

coronavirus, o por la auxiliar de limpieza que mantiene la higiene del hospital y por las artistas que exponen su obra en las redes sociales y nos transmiten un mensaje de paz y optimismo.

Somos tantas las jóvenes y no tan jóvenes que no nos hemos quedado cruzadas de brazo ante la situación sanitaria. Ahora escribo en primera persona porque me incluyo dentro de las que se ha enfrentado desde su

profesión, reinventándome cada día y buscando en la tranquilidad de mi hogar historias y anécdotas que me permitan ofrecer mi aporte a la sociedad e incidir en la conciencia ciudadana y, su vez, homenajear a quienes lo merecen.

Es por ello que no quiero referirme solo a las que laboraron fuera de la vivienda, también deseo agasajar a esas que supieron quedarse en casa, aun cuando el aburrimiento colmó o la tristeza abrazó. A las que son demasiado activas, pero prefirieron cuidar su salud y la de todos.

Llegue entonces este homenaje a las mujeres cubanas, a las que salen a cumplir con su deber o a las que sequedan y desempeñan sus funciones en sus moradas. Todas, a lo largo de la historia patria hemos sabido asumir el papel que nos corresponde. En estos tiempos de coronavirus hemos demostrado que somos capaces de crecernos, superarnos y valorarnos por lo que somos: intensas y dinámicas. Como destacó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz las mujeres somos “Una Revolución dentro de la Revolución”.