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Este libro representa una pequeña parte del heroísmo de que han hecho gala por siempre las mujeres cubanas, fieles defensoras de la soberanía de la Patria y luchadoras sin descanso, hombro con hombro, afrontando el peligro con valentía y decisión. También están presentes las autoras de este libro, que dieron el paso al frente, que no repararon en esfuerzo y sacrificio y que contribuyeron de un modo importante al entrenamiento y organización de las mujeres en los años iníciales de la Revolución.

 

 

Una cuestión que distingue el pensamiento político del mayor general Antonio Maceo Grajales es su constante advertencia ante el peligro que representaba el interés de Estados Unidos por Cuba y el riesgo que esto significaba para el futuro de nuestro pueblo.

Múltiples fueron sus manifestaciones durante la Tregua Fecunda y, entre ellas, cuando los preparativos del Plan Gómez Maceo (1884-1886), uno de los movimientos revolucionarios más importantes del periodo, que le permitió valorar la naturaleza de los americanos, la cual puso en evidencia al conocer el fracaso de las gestiones para la adquisición de armas, debido al incumplimiento de estos con el coronel Fernando López Queralta, asunto acerca del cual expresó en carta a Federico Pérez Carbó el 20 de febrero de 1886:

V. confió en las promesas que le hicieron y que le daban su apariencia y relaciones en el asunto sin contar con que los americanos son hombres sin honra comercial, que no hay más dignidad y amor propio que el dinero para ellos, los compromisos para ellos no existen.1

1 Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales (SCEHI): Antonio Maceo. Ideología Política: Cartas y otros documentos, vol. I, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1998, p. 239.

 

Los estudios sobre la familia Maceo-Grajales casi siempre se encuentran fragmentados, en el entendimiento de que, por lo general, han aparecido escritos sobre varios miembros de «la tribu heroica» de manera independiente, es decir, como biografías individuales.

 

Lógicamente, sobre Antonio Maceo se ha publicado la mayor cantidad de esos textos biográficos, así como otros contentivos de diversas aproximaciones al accionar y el pensamiento del Héroe de Baraguá.

 

En menor medida han aparecido ensayos sobre José Maceo y Mariana Grajales, mientras que del resto de los hermanos y demás familiares no se disponía —hasta la llegada de este libro de la doctora Damaris Amparo Torres Elers— de otra información que la que se brindaba como parte de esos materiales en torno a Antonio, José y Mariana, o a través de pequeños e incompletos esbozos, muy escasos por cierto.

 

De tal suerte, estas páginas que llegan a los lectores gracias a la rigurosa investigación de Damaris Torres, constituyen un momento importante en los estudios maceícos, toda vez que se presenta la trayectoria vital de cada uno de los hermanos del Titán de Bronce, sus cuñadas y cuñados, así como del único hijo del Héroe de Baraguá. Hasta donde conozco, no existía un texto que brindara cuadro tan completo de esta paradigmática familia, ni que poseyera la acuciosidad que aquí se logra.

Para entender este libro, basta con analizar un hecho en particular, y el resto de las páginas —lo confieso—, solo sería una reiteración, una especie de “déjà vu”, de algo que se repite y se repite, aunque cambie de idioma, de país, y hasta de gobierno.

Con el propósito de develar tales cuestiones Omar Felipe Mauri Sierra, escritor y profesor de Literatura, ofrece al público la obra Cuando canta la mañana. El libro, bajo el sello de la Casa Editorial Verde Olivo, promete deleitar a los lectores haciendo uso de una poderosa herramienta: la historieta.

Hildelisa Díaz Gil, la autora, ha asumido el reto de escribir para los niños sobre un tema de vital trascendencia. Los tiempos actuales y los que están por venir requieren de obras como estas. Transitamos en momentos en que la guerra de los símbolos parece ocupar todos los espacios disponibles; la colonización cultural y hegemónica del imperio se encamina a cubrir con su contenido la mente de los más variados sectores y grupos sociales para borrar su memoria histórica y americanizar sus mentes y sus conductas y con ello doblegar el espíritu de rebeldía, independencia y solidaridad de los pueblos y hacer más fácil el camino de la dominación. Cuba no escapa de tales propósitos.

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