Leer y escribir nos hizo más libres
Desde la explanada de Ciudad Libertad partieron los educadores para el sueño altruista de enseñar a leer y a escribir. Para entonces, el alto índice de analfabetismo era uno de los grandes males que arrastraba la sociedad cubana como consecuencia de los gobiernos anteriores.
Solo la mitad de los niños en edad escolar asistían a clases, por ello el tercer año de la Revolución fue decisivo en ese sentido.
Iniciada el primero de enero de 1961, la Campaña de Alfabetización fue una de las batallas más importantes conquistada por el gobierno y el pueblo cubano. Evidenció que el éxito de esta hazaña, más allá del hecho educativo, fue posible gracias a la participación masiva y unánime de todas las organizaciones existentes y de los sectores de la población.
Y así fue; precisamente sin esa unidad entre los alfabetizadores populares, los Conrado Benítez y los Patria o Muerte; no hubiese sido posible eliminar el analfabetismo el 22 de diciembre del propio año.
El museo de la alfabetización, inaugurado en 1964 y único en el mundo; reúne testimonios de aquel empeño que cambió la vida a más de 700 mil cubanos que no podían escribir ni sus nombres.
Allí también se resguardan fotos y pertenencias de alfabetizadores –diez en total– que fueron asesinados por bandas contrarrevolucionarias. Y es que los imperialistas perseguían atemorizar a los maestros y entorpecer el desarrollo de la Campaña, impidiendo que estos llegaran a todos los rincones del país.
Sin embargo, el asesinato y el incremento del terrorismo, lejos de intimidar a la mayoría del pueblo, y en particular, a la juventud de la época; reforzó los propósitos revolucionarios y la decisión de cumplir la meta cultural trazada por la Revolución para el año 1961.
Victoria colectiva
Nada detuvo la Campaña, la iniciaron los maestros voluntarios en enero de 1961 y luego se sumaron más de 100 mil estudiantes. También participaron trabajadores en las brigadas Patria o Muerte y los alfabetizadores populares enseñaron las letras en las ciudades.
Aquel 22 de diciembre, día de la victoria colectiva, las palabras pronunciadas por Fidel resumían el esfuerzo de todo un país que contribuyó a fundar el espíritu de una nueva sociedad llamada a establecer un sistema social más justo y humanista:
“Ningún momento más solemne y emocionante, ningún instante de legítimo orgullo y de gloria, como este en que cuatro siglos y medio de ignorancia han sido derrumbados. Hemos ganado una gran batalla, y hay que llamarlo así –batalla–, porque la victoria contra el analfabetismo en nuestro país se ha logrado mediante una gran batalla, con todas las reglas de una gran batalla. [...]”.
Aquel suceso histórico permitió erradicar el analfabetismo y facilitar el acceso universal a los distintos niveles de educación de manera gratuita.
Cuba se declaró Territorio Libre de Analfabetismo y se cumplió de este modo un sueño que comenzó con la campaña masiva de alfabetización y que ha extendido el tributo eterno a quienes continúan aquella obra, conmemorando en esta jornada de diciembre, el Día de los Educadores.
Comentarios
En este sitio no se admiten comentarios que violen, incumplan o inciten a romper legislaciones cubanas vigentes o atenten y dañen el prestigio de alguna personalidad o institución, así como tampoco aquellos que contengan frases obsenas, groseras o vulgares. Verde Olivo se reserva el derecho de no publicar los comentarios que incumplan con las normas antes expuestas.