Más allá del amor: Vilma y Raúl (2).

14 de Febrero de 2025

Una unión guerrillera que duró toda la vida.Foto: Archivo Cubadebate.

 

Fue más que la confirmación del último pétalo de una flor, tuvo ese instante la sencillez misteriosa de los sentires más hondos, y pocas palabras bastaron para que naciera el amor. El 8 de noviembre de 1958, cuando se miraron de frente Vilma y Raúl, surgió entre ellos, como un destello de luz, la chispa misteriosa que une a las almas. 

 

«Él entró en mi cuarto allá en la Comandancia y conversamos sobre un cargamento de armas y ropas que acababa de llegar.

 

De pronto recostó su cabeza en mi hombro. Yo,─extrañada─, indagué:

 

—¿Qué pasa?

—Que estamos enamorados.

—¿Y tú cómo lo sabes?

—¡Ah! ¿Pero tú no lo sabes?

—Yo no.

Nos reímos, conversamos, y comenzó el noviazgo».1

 

Ella estaba feliz, sonreía a solas, escribía a su gran amiga Haydee Santamaría sobre el inicio de sus amores con Raúl, noticia que sembraba regocijos solo de leerla. Él se prendó de una mujer poco común, suave como los jazmines y temeraria cual tormenta, que dirigía a los hombres en la clandestinidad, que hablaba con firmeza y defendía su criterio, una muy inteligente, graduada como Ingeniera Química, que tenía alma para la música pues cantaba con voz de soprano, y asimismo tomaba el lápiz y podía dibujar la maravilla, o bailar con gracia el ballet.

 

Y ella halló en él un hombre sin miedos, perspicaz y bravo, sensible y respetuoso, ese que cuando tuvo que alejarse varios días para llevar a cabo operaciones de canjes y entrega de prisioneros en medio de la contraofensiva, le hizo una carta donde planificaba el próximo encuentro y se despedía en la ternura de un susurro: «Me hubiera gustado besarte antes de dormir. Te quiere, Raúl».2

 

Comenzó así un amor en medio del combate, de las balas de una guerra que casi llegaba a su fin, y allí, en el Segundo Frente, mientras arriesgaban la vida, les crecía el sentimiento. El 11 de diciembre de 1958 Vilma, al dorso de una fotografía suya escribió: «Para Raúl. 

 

Espero que estemos siempre juntos y no sea necesario que cuando quieras verme apeles a esta foto, ¿verdad? Te quiere, tu Vilma»3. Otras imágenes en esas montañas los muestran juntos, conversando con los ojos y la sonrisa, o los dos en la parte delantera de un jeep, o a ella sobre un caballo, con el brazalete del Movimiento 26 de Julio en el brazo; instantes de unos meses que les marcaron para siempre la vida.

 

El ansiado triunfo al fin llegó, y en sus albores caminaron ellos al altar. «El 26 de enero de 1959, en esta casa me puse un nuevo uniforme de guerrillero y me fui a la boda con Vilma… lo mejor y más lindo que hice en toda mi vida».4

 

Ese día, en el Rancho Club de Santiago, la novia esplendía sencillez y hermosura de paloma, una tiara de perlas le llovía en la frente y la sonrisa se le posaba constantemente en los labios. Él, con boina, el verde olivo de los bosques espesos que los cobijaron durante la contienda y sus grados de Comandante en la charretera, tenía todas las dichas del mundo en sus ojos chinos, chispeantes.

 

Allí estaban los dos, en el umbral de una alianza que duraría toda la existencia, esos miles de días de desvelos, júbilos y esfuerzos los dedicarían a la Revolución; ella sería la guía imprescindible de las mujeres del país, luchadora incansable para darles, tanto su puesto en el combate como su lugar en todos los espacios, y él se convertiría en uno de los líderes del pueblo, siempre al frente de cada batalla, y luego de las ofensivas del tiempo, aún con el pie en el estribo de la cabalgadura.

 

Esa unión guerrillera de la cual nacieron cuatro hijos y muchos nietos, prevalece incluso hasta después de la muerte, pues cuando el 18 de junio de 2012 ella se despidió en un suspiro, y se volvió beso del recuerdo y esencia perfumada, él siguió amándola con la misma intensidad.

 

Hoy, pasados 67 años de las primeras caricias, vive el amor de Vilma y Raúl como un hermoso símbolo de lealtad, entrega y pureza entre quienes siempre se quisieron como aquellos jóvenes rebeldes que se enamoraron en la espesura de la Sierra Cristal. 

 

Referencias:

 

1 Daily Sánchez Lemus: «Diez veces Vilma», en Resumen Latinoamericano, La Habana, 20 de junio de 2019.

2 Archivo de la Oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia de la República.

3 Ídem.

4 Ídem.

  • Vilma y Raúl en los meses finales de la guerra. Foto:Archivo Cubadebate.

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