Guerra hispano-cubano-estadounidense: La alarma que transformó el destino de una nación
En la tranquila mañana del 22 de abril de 1898, la ciudad de La Habana se estremeció cuando las baterías del Morro emitieron el primer disparo de alarma. La presencia de la armada estadounidense en las aguas de la bahía marcaba el inicio de un capítulo decisivo en la historia de Cuba. Aquella salva no era solo un aviso; era el preámbulo de una tormenta que cambiaría el destino de la isla y de sus habitantes.
La principal causa del conflicto que se avecinaba era la lucha cubana por la independencia. Tras casi tres décadas de enfrentamientos contra el dominio español, con momentos icónicos como el Grito de Yara en 1868 y la Guerra de los Diez Años, el anhelo de libertad se mantenía vivo. Para 1895, bajo el liderazgo de figuras como Máximo Gómez, Antonio Maceo y José Martí, la lucha se reavivó en lo que sería conocido como la Guerra Necesaria. Sin embargo, la debilitada posición de España, tanto militar como económica, y la brutal política de reconcentración implementada por el general Valeriano Weyler, habían llevado al país al borde del colapso.
En medio de este escenario, el 15 de febrero de 1898, la explosión del acorazado Maine en el puerto de La Habana sirvió como el detonante que Estados Unidos necesitaba para justificar su intervención. Bajo la consigna de «razones humanitarias», el gobierno de Washington utilizó el incidente para presionar a España, exigiendo su retirada de Cuba. La Resolución Conjunta del 18 de abril no solo autorizó el uso de fuerzas militares, sino que también dejó claras las intenciones expansionistas estadounidenses, un interés largamente cultivado por la posición geopolítica estratégica y las riquezas de la isla.
El Inicio del Bloqueo y el Sufrimiento del Pueblo.
El 21 de abril, la armada estadounidense, bajo el mando del almirante William T. Sampson, inició un bloqueo naval que pronto cercó La Habana y otros puertos clave de la isla. Este bloqueo, destinado a cortar suministros y reforzar la presión sobre las fuerzas españolas, también impactó drásticamente a la población civil. Para un país ya devastado por tres años de guerra y la política de reconcentración, el bloqueo significó una transformación radical. Las ciudades se sumieron en la oscuridad, los alimentos escaseaban y las escenas de miseria se multiplicaron.
Testigos de la época de visita en La Habana, relataron imágenes desgarradoras de mujeres y niños harapientos que suplicaban comida desde pequeños botes en la bahía. Era irónico que la intervención estadounidense, presentada como humanitaria, solo profundizara el sufrimiento del pueblo cubano.
Mientras tanto, en los mares y costas cubanas, la guerra continuaba con intensidad. Las fuerzas navales españolas, anticuadas y mal mantenidas, enfrentaron un dominio abrumador por parte de la armada estadounidense. Aunque algunas escaramuzas como el bombardeo en Matanzas o la incursión fallida en Cárdenas demostraron la resistencia española, las ventajas tecnológicas y logísticas estadounidenses se hicieron evidentes. Más de 35 embarcaciones españolas fueron capturadas durante el bloqueo, mientras que otras 22 lograron eludirlo en medio de un conflicto cada vez más desigual.
La Caída de Santiago y el Inicio de la Neocolonia.
El 3 de julio de 1898, en la batalla naval de Santiago de Cuba, la escuadra del almirante español Pascual Cervera fue destruida, marcando un punto de inflexión en el conflicto. La ciudad de Santiago, agotada por los enfrentamientos y los bombardeos, se rindió el 16 de julio. Sin embargo, los estadounidenses cometieron un acto que quedaría grabado como una traición al sacrificio del pueblo cubano: impidieron la entrada de las fuerzas mambisas a la ciudad. Los hombres y mujeres que habían luchado durante años por la independencia de su patria fueron marginados en su propio territorio, mientras las tropas extranjeras reclamaban la victoria.
Este evento marcó el inicio de una etapa oscura para Cuba. Aunque el Tratado de París, firmado el 10 de diciembre de 1898, formalizó la salida de España y la futura independencia de la isla, también estableció el dominio estadounidense. La imposición de la Enmienda Platt en 1901 condicionó la soberanía cubana, permitiendo a Estados Unidos intervenir en los asuntos internos de la isla y establecer una base naval en Guantánamo, un símbolo de imposición que aún permanece como una espina clavada en el corazón del pueblo cubano.
Resistencia y Dignidad.
La intervención estadounidense no trajo la libertad prometida, sino un cambio de amo. Cuba quedó sumida en una neocolonia que marcó su política y economía durante décadas. Sin embargo, el espíritu de resistencia nunca se apagó. A pesar de los retos, el pueblo cubano ha enfrentado un criminal bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, que busca asfixiar su autodeterminación. Pero a través de los años, Cuba ha demostrado su capacidad de resistir, mantener su dignidad y salvaguardar el legado de quienes lucharon por la libertad.
Fuentes Bibliográficas
Roldán Pascual, José Emilio. Primer acto de guerra de Estados Unidos contra España en Cuba. Academia de las Ciencias y las Artes Militares, Madrid, España.
Denis Valle, Marta. La infame intervención de Estados Unidos en Cuba. Prensa Latina, 23 de abril de 2022.
Placer Cervera, Gustavo. 125 años atrás: El bloqueo naval, inicio de la intervención norteamericana a Cuba. Cubadebate, abril de 2023.
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