La Constitución de Guáimaro
Cuando apenas habían transcurrido seis meses del inicio de la Guerra de los Diez Años, tuvo lugar entre los días 10 y 12 de abril de 1869, la Asamblea de Guáimaro, a la que se le puede endilgar el calificativo de histórica, pues en ella fue aprobada la primera Constitución de la joven República en Armas.
Esta es la prueba más fehaciente de que a esa contienda no se llegó por un deseo festinado de un grupo de personas. Por el contrario, respondió a la acción coordinada de patriotas que habían entendido que la prosperidad de la nación solo sería alcanzada mediante el rompimiento del vínculo con la metrópolis. Esta visión coincide con la del patriota Enrique Collazo, pues sobre ese hecho dijo: «Hicieron una República con una constitución modelo, aun cuando no teníamos un palmo de tierra seguro en que clavar nuestra bandera».
Pese a que la guerra fue la única opción que dejó el colonialista, existía el consenso de que toda actuación debía hacerse dentro de los límites de la legalidad. Aquí influyó también una curiosidad histórica, pues varios de los principales hombres que se enrolaron en la guerra en su etapa inicial, eran juristas. Puede añadirse que el hecho mismo de crear una Constitución también revelaba la fe en la victoria y que tenían ya definido objetivos con un alcance más allá de la guerra.
La imperfección de un documento como la Constitución de Guáimaro, tiene diversas causas. De cualquier manera, se trataba de una carta magna provisional, que más tarde tendría que ser sustituida por otra más acabada. En su contenido influyó también las discrepancias en determinados enfoques entre los presentes, que provenían de Oriente, Las Villas y Camagüey.
Otra curiosidad histórica es que, Ignacio Agramonte y Antonio Zambrano, quienes redactaron el documento, fueron discípulos de José de la Luz y Caballero.
Algunos de los hitos de la Constitución fueron el reconocimiento implícito a la independencia, y explícito a la igualdad y libertad de los hombres. También fue adoptada como enseña nacional la bandera izada por Narciso López en 1850 en Cárdenas, y se decidió que la de Carlos Manuel de Céspedes estaría presente en las sesiones de la Cámara de Representantes. Trascendental fue la lectura de la carta de Ana Betancourt, quien abogó por los derechos de las mujeres.
Fueron electo todos los cargos, donde sobresalió la elección de Céspedes como presidente de la República en Armas.
Las discrepancias en la asamblea giraron esencialmente entorno a la conducción de la guerra. Carlos Manuel de Céspedes defendió el criterio que debía existir un mando único (civil y militar), mientras figuras como Ignacio Agramonte defendieron con vehemencia que debían estar separados y que el mando civil debía predominar.
Al decir José Martí sobre esas diferencias:
«El 10 de abril, hubo en Guáimaro Junta para unir las dos divisiones del Centro y del Oriente. Aquella había tomado la forma republicana; ésta la militar. Céspedes se plegó a la forma del Centro. No la creía conveniente; pero creía inconveniente las disensiones. Sacrificaba su amor propio, lo que nadie sacrifica».
Fuentes consultadas
1-Guerra, A. (2021). Constitución de Guáimaro: la primera concebida en Cuba. Tribuna de La Habana. Obtenido de https://www.tribuna.cu/historia/2021-04-10/constitucion-de-guaimaro-la-primera-concebida-en-cuba
2-Moreno, E. (2024). Constitución de Guáimaro (1869). Parlamento Cubano. Obtenido de https://www.parlamentocubano.gob.cu/node/1118
3-Pazos, A. (2024). Guáimaro, la primera Constitución. PCC. Obtenido de https://www.pcc.cu/guaimaro-la-primera-constitucion
4-Tamayo, G. (2024). Asamblea de Guáimaro: Primera Asamblea Constituyente de Cuba. La Demajagua. Obtenido de https://lademajagua.cu/asamblea-de-guaimaro-primera-asamblea-constituyente-de-cuba/
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