Concepción Agramonte: penurias, prisión y destierro no apagaron su amor por la Patria.
Primicia de las asambleas constituyentes
Concepción Agramonte (Concha) y su esposo Francisco Sánchez y Betancourt (*) tenían una casa en la ciudad de Guáimaro y fue precisamente en este lugar donde se reunieron los patriotas de las provincias de Oriente, Camagüey y Las Villas el 10 de abril de 1869 para crear las bases legales de un país soberano. Concha estuvo presente y siguió los debates de la Asamblea Constituyente.
Allí escuchó a Ana Betancourt, pariente de su esposo, abogar por los derechos de la igualdad de la mujer. Después de declararse la Constitución de Guáimaro—la primera de la República en Armas—, Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, fue proclamado presidente de la República en Armas, y el general camagüeyano Manuel de Quesada fue nombrado Jefe del Ejército Libertador. El esposo de Concha, Francisco Sánchez Betancourt, fue electo representante a la Cámara, escaño en el que se mantuvo hasta el fin de la guerra.
También en el hogar de Guáimaro encontraron albergue y alimento muchos revolucionarios como Julio y Manuel Sanguily.
Una arremetida del ejército colonialista al mando del general Goyeneche embistió a las fuerzas mambisas que defendían a esa ciudad camagüeyana. Estas no pudieron resistir y fueron derrotadas. Entonces se acordó quemar la localidad como anteriormente se había hecho en Bayamo. La casa de Concha fue una de las primeras en arder. Desde ese momento comenzaron las verdaderas dificultades para esta familia ya que no tenían lugar fijo en donde habitar.
La vida de Concha —embarazada— y sus hijos se convirtió en una pesadilla, perseguida además por los militares españoles. Durmieron en casas abandonadas, tiendas de campaña, míseros bohíos de guano y a veces a la intemperie. La valerosa camagüeyana dio a luz a su hija Sara en el campo, no lejos de donde luchaban su marido y sus hijos mayores.
Concepción nació el 7 de diciembre de 1834 en la ciudad de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy Camagüey.Su padre fue Juan de la Cruz Agramonte y Arteaga y su madre Rufina Boza y de Varona. Los padres de Concha eran ricos y su familia de gran abolengo. En su casa trabajaban muchos esclavos.
A los 17 años de edad, el 12 de junio de 1852, contrajo matrimonio con Francisco Sánchez y Betancourt, hombre de familia acomodada y gran patrimonio financiero. De esta unión nacieron 12 hijos. Concha y Francisco inculcaron en sus hijos desde la cuna el amor a Cuba y el deseo por su independencia.
Los que la conocieron afirman que desde que estalló la Guerra de los 10 años, sin importarle su antigua posición social, combatió en los campos con coraje al mismo nivel que su esposo y nueve de sus hijos.
A mediados del año 1871, mientras Concha y sus pequeños habitaban un rancho de guano en su finca San José, fueron sorprendidos por una columna del ejército peninsular. Los soldados la obligaron, junto a sus hijos, a ponerse en fila delante del humilde rancho y presenciar cómo lo quemaban.
Concha pidió entonces que la presentaran al jefe militar de esa tropa. Por suerte, a la cabeza estaba el capitán Macón quien ella conocía de Puerto Príncipe. Este oficial le concedió un salvoconducto por ocho días para que pudiera recoger a sus pequeños y a otros que habían huido al campo, y se presentara a las autoridades de Puerto Príncipe.
Tuvo que abandonar a su esposo y a sus hijos mayores Benjamín de 16 años y Juan de la Cruz de 15 años que peleaban en el campo. Posteriormente Juan de la Cruz fue herido en combate y murió en 1873.
Al llegar a Puerto Príncipe, la inclaudicable agramontina quiso tomar el tren para Nuevitas, pero fue arrestada en la estación de ferrocarril. La sociedad principeña salió en su defensa y fue puesta en libertad.
De regreso en su patria
Concha y sus hijos se trasladaron a La Habana, donde logró que el capitán general de Cuba, Blas de Villate, conde de Valmaseda, le diera un permiso de salida. Valmaseda había sido antiguo amigo de la familia Agramonte y había pasado algunas temporadas en su ingenio.
Concha partió para Nueva York. Sólo pudo salvar unas joyas que había escondido en los cinturones de sus hijos. Todas sus propiedades fueron confiscadas. Una vez en los Estados Unidos, vendió las joyas y trabajó como costurera para ayudar a mantener y educar a su extensa familia.
En 1878, ya acabada la Guerra de los Diez Años, Concha y sus hijos, como muchas otras familias cubanas, regresaron a la patria. Pudo abrazar a su esposo y a su hijo mayor, Benjamín, y vivir por un tiempo en calma hasta la muerte de su cónyuge el 30 de agosto de 1894 de tuberculosis.
Notable descendencia
Al estallar nuevamente la guerra el 24 de febrero de 1895, los cinco hijos varones de Concha salieron a la manigua a pelear por la libertad de Cuba.
Los hermanos Sánchez Agramonte —sus hijos— cumplieron cabalmente con su deber por la libertad de Cuba. El hijo mayor, Benjamín Sánchez Agramonte, luchó en dos guerras de independencia y fue ascendido al grado de coronel. Eugenio fue general de brigada, y durante la República fue electo presidente del Senado y se desempeñó como secretario de Agricultura de 1917 a 1921. Armando fue ascendido a general de brigada, y en 1899 fue nombrado alcalde de Camagüey. Calixto y Alfredo pelearon en la Guerra de 1895.
Al término de esta, Concepción regresó a Nuevitas donde tuvo la gran satisfacción de reunirse con sus hijos; pero no tuvo la dicha después de largos sacrificios de poder ver a Cuba totalmente libre.
Sus últimos años los pasó en su amada Camagüey en unión de su extensa descendencia. Esta insigne y valiente patriota falleció el 24 de agosto de 1922. La Patria, agradecida, la contempla orgullosa.
NOTAS: (*)
En el sitio Ecured aparece como su esposo Eugenio Sánchez, lo que parece ser una confusión, puesto que así se llamaba uno de sus hijos. En los documentos consultados por el autor, aparece como su esposo el oficial mambí Francisco Sánchez y Betancourt.
FUENTES CONSULTADAS
ECURED
Ohccamagüey.cu, 9/12/2019
Biografía de Concepción Agramonte viuda de Sánchez. Archivo del Dr. Antonio Rafael de la Cova.Latinamericanstudies.org/cuba-books
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