Una orden, una columna, un hito

Por mayor Sonia Regla Pérez Sosa
16 de Agosto de 2021

Tras haber sido derrotada la ofensiva de la dictadura, Fidel consideró desarrollar la lucha revolucionaria en todo el territorio cubano. Fuente: Tomada de Internet

Tras el fracaso de la ofensiva de la tiranía de Batista en la Sierra Maestra, en el verano de 1958, el Comandante en Jefe Fidel Castro decidió iniciar la Contraofensiva Estratégica.

 

Para ello, el 16 de agosto el líder rebelde le envió un mensaje a Camilo Cienfuegos anunciándole sus proyecciones: “Apriétate los tornillos y no dejes de tener en cuenta que la fama, la jerarquía y los éxitos echan a perder un poco a la gente. Si llegas a Pinar del Río tendrás un pelo de la gloria de Maceo, pero no te olvides que por todo el camino van a tratar de (…)” (equivale a joderte).

 

Dos días después, a las 9 de la mañana, emitió la orden oficial que dispuso la formación de la Columna Invasora No. 2: Antonio Maceo y daba instrucciones sobre cómo proceder durante el trayecto dispuesto. El comandante Camilo Cienfuegos estaría a cargo de la misma y debían partir de El Salto, Sierra Maestra, el miércoles 20 de agosto de 1958.

 

De esta manera llevaría la contienda a toda Cuba, junto al comandante Ernesto Guevara, cuya orden fue emitida el 21 de agosto. Así se efectuaría una operación militar similar a la que habían realizado Máximo Gómez y Antonio Maceo durante la gesta de 1895.

 

Primera columna de invasión  

 

Debido a las condiciones meteorológicas ocasionadas por el ciclón Hilda, un día después de lo dispuesto fue que Camilo y sus fuerzas iniciaron la hazaña que marcaría, otra vez, hito en la historia militar revolucionaria: la invasión a Occidente.

 

Con 90 hombres, la columna 2 comenzó la marcha. Sus mayores ventajas eran la veteranía de la mayor parte de sus integrantes; la inteligencia y valentía de Camilo; así como el adecuado armamento, procedente de los pertrechos ocupados al ejército de la tiranía en la reciente derrota de la ofensiva.

 

Las alturas orientales permitieron que el recorrido inicial se realizara sin contratiempos, pues los ocultaba de la aviación enemiga. Después, en el llano, avanzar rápido fue difícil debido a las medidas que había que adoptar para no ser delatados, junto al hambre, los mosquitos y jejenes, el calor, el fango, la falta de sueño…

 

Muy duros fueron los 48 días a campo traviesa, donde los pies se destrozaron por la interminable caminata durante casi 500 kilómetros a través de lagunas, lodazales y la dieta de cada jornada, que apenas aportaba unas pocas calorías, mas la travesía continuó.

 

A inicios de octubre de 1958, los guerrilleros llegaron al norte avileño, que con sus elevaciones medianas y copiosa vegetación constituyó una luz de esperanza para aquellos invasores, que habían resistido el azote de un ciclón, torrenciales aguaceros, numerosas emboscadas y otros peligros. ¡Allí encontrarían mucho más que lomas! 

 

Arma en ristre, quienes hacían la libertad llegaron el 7 de octubre hasta la zona de Jobo Rosado, cerca de Yaguajay donde existía un campamento de combatientes encabezados por Félix Torres.

 

Dos días después, en un informe que Camilo le envió a Fidel, precisó la disposición a seguir avanzando hacia Pinar del Río. El 14 de octubre de 1958, el Señor de la Vanguardia recibió indicaciones: permanecer allí y coordinar con el Che Guevara para garantizar el desarrollo de la lucha en la parte central de Cuba.

 

Así que al asentarse en este territorio, Camilo realizó una intensa labor política y militar. Y a finales del mes de diciembre dirigió de forma exitosa la batalla de Yaguajay, la cual le abrió un camino de victorias a la Revolución.