¿Qué haría Estados Unidos en Cuba si cayera la Revolución cubana?

Por Georgina Leyva Pagán
03 de Febrero de 2022

El 3 de febrero de 1962 el presidente John F. Kennedy emitió la Proclama Presidencial 3447 que decretó el“embargo” total del comercio entre ambos países. Aunque desde antes el Presidente había prohibido el otorgamiento de cualquier ayuda al gobierno cubano, apoyado por laLey de Asistencia al Exterior de septiembre de 1961.

 

Con la Proclama―que entró en vigor el día 7―, el Presidente encargó a los secretarios del Tesoro y de Comercio emitir las regulaciones necesarias para prohibir la importación a Estados Unidos (EE. UU.) de todos los productos de origen cubano, así como la de productos desde o a través de Cuba.

 

El triunfo de la Revolución Cubana el 1.o de enero de 1959 no resultó agradable al vecino del Norte. En el informe del Vicepresidente Richard Nixon al Presidente Dwight Eisenhower, sobre su entrevista con el joven líder cubano,Comandante Fidel Castro Ruz, celebrada en Washington el 19 de abril; concluye que Cuba afectaría los intereses económicos y políticos de EE. UU. y que Fidel tenía influencia del comunismo internacional.

 

La Casa Blanca se opuso a la Reforma Agraria firmada el 17 de mayo del mismo año 59, a la forma en que serían indemnizados los propietarios estadounidenses; desaprobó las disposiciones de beneficio popular,entre ellas la Ley de Confiscación de Bienes Malversados. Como medidas de fuerza con fines políticos comenzaron a aplicar sanciones contra la economía y la defensa; trataron de destruir la industria azucarera, y el 4 de marzo de 1960 en La Habana, hicieron explotar el buque mercante La Coubre que traía un cargamento para las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

 

El Subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos Lester D. Mallory, en un memorándum secreto apuntaba en abril de 1960 refiriéndose al gobierno de la Isla: “La mayoría de los cubanos apoyan a Castro […]No existe una oposición política efectiva […] el único medio posible para hacerle perder el apoyo interno es provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria […] Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica […] negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

 

Las crueles medidas contra el pueblo cubano no han logrado derrotar la obra revolucionaria de justicia social; no obstante, ha tenido que soportar el endurecimiento del cerco económico. Según se ha desarrollado el proceso de cambios en Cuba, las normas jurídicas que dan lugar al bloqueo, también han evolucionado paulatinamente.

 

Con esas disposiciones, las administraciones estadounidenses no solo tratan de destruir la Revolución Cubana, sino que proyectan las tareas que se deberán cumplir a partir del supuesto momento de su desaparición. Aunque a esto último se refieren poco o nada, en leyes tienen por escrito cómo desmantelarán el sistema político en una etapa que denominan de transición al capitalismo, fase en la que el hipotético Gobierno Cubano deberá aceptar los dictados de la Casa Blanca, ya que se habrá perdido la soberanía nacional.

 

Ejemplo de ello son: laLey Torricelli o “Ley para la Democracia Cubana”, aprobada por el Congreso estadounidense en el año 1992;la Ley Helms-Burton, llamada “Ley para la Libertad Cubana y la Solidaridad Democrática”, rubricada por el presidente William Clinton, en 1996;así como el Plan Bush, oficialmente “Informe de la Comisión de Asistencia a una Cuba Libre”, dado a conocer por el presidente  George Bush, hijo, en 2004.

 

La Ley Torricelli nace cuando se está desintegrando la Unión Soviética y el campo socialista en Europa del este. El gobierno del presidente George Bush, padre, consideró que con las dificultades económicas a las que Cuba se vio sometida por esos sucesos, más un recrudecimiento en las medidas de bloqueo; provocarían revueltas sociales que conducirían al cambio de régimen y al sometimiento de la Isla a la Casa Blanca.

 

La sección siete de la Torricelli ―titulada “Política hacia un Gobierno Cubano de transición”―, señala que si el Presidente estadounidense certifica al Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes y del Senado, que el gobierno en el poder en Cuba se ha comprometido a celebrar elecciones “libres” en 6 meses, podrán suministrar alimentos, medicinas y médicos.

 

Seguidamente la sección ocho:“Política hacia un gobierno democrático en Cuba”, expresa que si el Presidente informa al Congreso que el gobierno de Cuba ha celebrado elecciones con observadores internacionales, ha permitido a los partidos de oposición hacer campaña y acceso a los medios de comunicación, si se encamina hacia un sistema económico de libre mercado, y se compromete a cambiar la Constitución; entonces, adoptarán medidas para poner fin al “embargo” comercial, fomentarán el ingreso de dicho gobierno a instituciones financieras internacionales y proporcionarán ayuda de emergencia.

 

Además de Cuba, la Torricelli fue rechazada por otros países. La Declaración de Cartagena de Indias en 1994, durante la IV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno en Colombia, dice: “[…] los Jefes de Estado y de Gobierno promoveremos políticas que comprendan […] la eliminación […] de medidas económicas y comerciales coercitivas unilaterales que afecten el libre desarrollo del comercio internacional y lesionen las condiciones de vida de los pueblos iberoamericanos”.

 

En el caso de la Ley Helms-Burton, es un extenso documento que desmenuza al detalle cada uno de los aspectos que presenta y complementa a la Torricelli, al tratar de impedir las inversiones extranjeras en Cuba. Según estudiosos del tema, junto a la Ley de Asistencia al Exterior de 1961, constituye la base legal más general sobre la que se asienta el bloqueo.

 

Tal como sucedió con la Torricelli, la Declaración de Viña del Mar en la VI Cumbre Iberoamericana de 1996 en Chile, expresa: “[…] manifestamos nuestro rechazo más enérgico a la aprobación por los Estados Unidos de América de la Ley Helms-Burton, la cual viola principios y normas del Derecho Internacional y de la Carta de Naciones Unidas, contraviene los de la Organización Mundial del Comercio y es contraria al espíritu de cooperación y amistad que debe caracterizar las relaciones de todos los miembros de la Comunidad Internacional”.

 

En enunciados del Título II de la Helms-Burton, “Ayuda a una Cuba libre e independiente”, se describe:

 

  • Un gobierno de transición en Cuba es el que haya puesto en libertad a los presos “políticos” y permitido la investigación de las cárceles por organizaciones internacionales; haya disuelto el Departamento de Seguridad del Estado, los Comités de Defensa de la Revolución y las Brigadas de Respuesta Rápida. Además, expresado su compromiso de organizar elecciones con partidos políticos independientes, que tengan acceso a los medios de difusión y supervisión de observadores como la Organización de Estados Americanos (OEA). Que haya puesto fin a la interferencia de Radio y Televisión Martí; decida avanzar en el establecimiento de un poder judicial independiente; en la creación de sindicatos igualmente independientes; y evolucione hacia un sistema económico orientado al mercado sobre la base de poseer propiedades.

 

  • El Presidente, tras celebrar consultas con el Congreso, tomará medidas destinadas a suspender el “embargo” económico a Cuba. Eso será después que trasmita que un gobierno electo democráticamente se encuentra en el poder, presente un informe que describa las prácticas que obstaculizan el comercio de los EE. UU. con Cuba o la inversión extranjera directa en la Isla. Incluirá la posible concesión de nación más favorecida y negociaciones para el acceso al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, entre otros.

 

  • El Presidente en el momento que determine, elaborará un plan para prestar asistencia económica a Cuba; designará un consejo Estados Unidos-Cuba; también considerará el reconocimiento diplomático, apoyará el reingreso de Cuba en las organizaciones interamericanas, en instituciones financieras internacionales y organizaciones multilaterales.

 

  • El enunciado asimismo indica, ayudar a preparar a las Fuerzas Armadas para que desempeñen un papel adecuado de una “democracia”. Así como estar listos (refiriéndose al ejecutivo estadounidense) para iniciar negociaciones a fin de devolver a Cuba la base naval de los EE. UU. en Guantánamo o de “renegociar el acuerdo actual” en condiciones mutuamente aceptables.

 

Del Título II se interpreta que si la nación cubana se deja arrebatar el poder conquistado, perderá el control sobre su soberanía y se subordinará a EE. UU., sus leyes y al Presidente de aquel país. Desde 1900, ellos afirmaban que se habían convertido en fiadores de la independencia de la Isla, y presionaron para que lo relativo a las relaciones entre ambos gobiernos quedara por escrito jurídicamente.

 

En 1898, después de una larga guerra contra España, a los mambises cubanos les fue arrebatada la independencia por el gobierno yanqui tras una engañosa maniobra. Washington ocupó militarmente la Isla hasta 1902, e impuso la Enmienda Platten 1901 como apéndice a la naciente Constitución cubana, una ley estadounidense redactada para Cuba, aprobada por el Senado y ratificada por el Presidente.

 

Después de muchas discusiones y protestas populares, la enmienda constitucional tuvo que ser aceptada por los cubanos como condición para que se retiraran las tropas de ocupación del país; no obstante, legalizó la permanencia de las fuerzas armadas de los EE.UU. en la bahía de Guantánamo, territorio oriental cubano donde aún mantienen la base naval contra la voluntad del pueblo al igual que hace más de un siglo.

 

El presidente estadounidense Thomas Jefferson trasmitió a su sucesor James Madison en 1809, refiriéndose a su nación, que siempre había mirado a Cuba como la adición más interesante que podría hacerse a su sistema de Estados.

 

Comenta Ramón Sánchez-Parodi en su libro Cuba-USA Diez Tiempos de una Relación, que en 1805 Jefferson hizo saber al representante diplomático británico en los EE. UU., que en caso de una guerra con España se apoderarían de Cuba por necesidades estratégicas. Es decir, que desde entonces no han perdido el interés insano por la mayor de las Antillas.

 

El Plan Bush tiene como objetivo acabar con el gobierno socialista en Cuba e imponer el capitalismo, reforzó la agresión económica ytambién la política. A grandes rasgos el documento dice en sus indicaciones:

 

  • Responder positivamente a la solicitud de ayuda del gobierno de transición. El de los EE.UU. prestará apoyo a las fuerzas policiales y a las Fuerzas Armadas. Establecer un coordinador de la transición en el Departamento de Estado. Igualmente, una organización que coordine la diáspora cubana como una Fundación. Expresa que Cuba es un probado punto de tráfico de drogas, por tanto, compañías norteamericanas comenzarán sus operaciones.

 

  • Establecer un proceso de justicia dirigido a los “crímenes” cometidos por el “régimen de Castro”, revisar el comportamiento “criminal” de los funcionarios de la antigua “dictadura”. Solicitar ayuda exterior.

 

  • Que el gobierno estadounidense colabore en el establecimiento de medios independientes. Radio y TV Martí continuarán sus transmisiones. Se establece un programa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que promovería el flujo de información. Este gobierno brindará asistencia para entrenar a los periodistas cubanos.

 

  • Asistir los esfuerzos para eliminar los libros de textos, y otros materiales “politizados” de la era de Castro, a la vez apoyar las bibliotecas independientes. En cooperación con la OEA valorar los contenidos académicos de la escuela cubana. Facilitar el desarrollo de la educación privada y religiosa. Entrenar a los profesionales cubanos para el desarrollo en una economía de mercado.

 

  • Que el gobierno de EE.UU. en cooperación con donantes privados tales como iglesias, inicie un programa para la adopción de niños. La Secretaría de Salud trabajaría con la USAID. Sugiere que podría ser implementado el sistema de seguimiento a los niños desarrollado por el Banco Mundial. También se habla de la introducción de programas para proveer educación y resguardo a jóvenes con problemas, un sistema de tutores en el que participarían instituciones religiosas y otras asociaciones.

 

  • Trabajar con instituciones caritativas e iglesias que provean acceso a servicios médicos básicos y otros servicios a cubanos de la tercera edad, desarrollar proyectos que generen ingresos para aquellos que estén sin recursos. Recomiendan una reforma del sistema de retiro y pensiones.

 

  • Ofrecer asesoría técnica en el cambio de leyes y funciones del Ministerio de Trabajo para permitir el mercado libre de trabajo. También, deberá estar preparado para ayudar a los trabajadores a fortalecer los sindicatos independientes.

 

  • La USAID podría ayudar a crear partidos políticos independientes. El gobierno de los EE.UU. debe estar preparado para ofrecer ayuda dirigida a asegurar elecciones “democráticas”. También brindará su apoyo para la redacción de nuevas leyes y la elaboración de una nueva Constitución.

 

  • La Secretaría de Vivienda debe estar preparada para coordinar la asistencia que proveerá el gobierno de EE.UU. Los títulos de propiedad de viviendas deberán permanecer bajo la custodia del gobierno de transición en Cuba hasta que se determine quién será el titular final. Cualquier daño a la propiedad antes de que se dictamine su titularidad será un delito.

 

  • Considerar el financiamiento de la transición a través de las ventas de las propiedades del Estado. Deberá hacerse una cuidadosa consideración sobre cómo serán privatizadas las empresas. Muchas medianas y grandes empresas necesitarán ser reestructuradas con métodos corporativos para incrementar su valor antes de la privatización.

 

  • El gobierno de los EE.UU. deberá estar en posición de trabajar para el establecimiento de un Comité Conjunto para el Comercio y las Inversiones Estados Unidos - Cuba. Se enfocaría en las relaciones post-embargo que afecten al comercio y las inversiones. Deberá estimular a Cuba para que se reincorpore al Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, la OEA, y se una al Banco Interamericano de Desarrollo lo antes posible.

 

En las explicaciones del Plan Bush se repite la esencia de la Helms-Burton, que a su vez se sustenta en la Torricelli, cada una con más detalles y orientaciones según el momento. Son programas de trabajo político e ideológico para someter al pueblo cubano y devolverlo a un país igual o peor al que existió antes del triunfo revolucionario en enero de 1959, cuando la embajada estadounidense en La Habana tenía más de 200 funcionarios mientras la cubana en Washington once solamente.

 

La ambiciónestadounidense contra Cuba los lleva a tratar de aplicar sus leyes al resto del mundo, persiguen e imponen sanciones a otros por mantener relaciones comerciales y financieras normales con la Isla. El bloqueo no es una cuestión bilateral como Washington trata de hacer creer. Las medidas de carácter unilateral tienen efecto extraterritorial.

 

El Presidente del país norteño debería escuchar la voz internacional, hacer uso de sus prerrogativas ejecutivas e ir eliminando medidas que dan lugar al bloqueo.

 

Curiosamente, uno de los párrafos del extenso Plan Bush expresa que el Gobierno estadounidense debe demostrar a los cubanos que los proveedores de la asistencia lo hacen de corazón y que no se debe tener temor o sospecha sobre sus intenciones. Al respecto, como dice el periodista cubano Reinaldo Taladrid: “Saque usted sus propias conclusiones”.