Martí y los mártires de Chicago

Por: María Luisa García Moreno
26 de Abril de 2022

Ilustración: Grabado de época, tomado del National Geographic.

En su carta del 13 de noviembre de 1887, dirigida al director del periódico bonaerense La Nación —que luego saldría publicada el 1.ode enero de 1888 en dicho diario, como “Un drama terrible”—, Martí se refiere al ajusticiamiento de los obreros de Chicago, apresados a raíz de la huelga del 1.ode mayo de 1886 en pro de la jornada de ocho horas, huelga en la que más de cinco mil fábricas norteamericanas fueron paralizadas, y 340 000 obreros salieron a calles y plazas a manifestar sus exigencias.

 

En Chicago, los sucesos adquirieron rápidamente un carácter violento, que culminó en la masacre de la plaza Haymarket (4 de mayo) y en el posterior juicio amañado contra los dirigentes anarquistas y socialistas de esa ciudad, cuatro de los cuales fueron ahorcados un año y medio después.

 

En su emotiva crónica, Martí narra: “En procesión solemne, cubiertos los féretros de flores y los rostros de sus sectarios de luto, acaban de ser llevados a la tumba los cuatro anarquistas que sentenció Chicago a la horca, y el que por no morir en ella hizo estallar en su propio cuerpo una bomba de dinamita que llevaba oculta en los rizos espesos de su cabello de joven, su selvoso cabello castaño”.[1]

 

Aunque Martí había estado reportando en algunos otros trabajos este proceso de huelgas y reclamos sociales —que, en realidad, había comenzado desde 1830—, esta crónica la escribe luego del ajusticiamiento y en ella, hace un análisis más integral de los hechos. Los mártires de Chicago habían sido “[…] acusados de autores o cómplices de la muerte espantable de uno de los policías […], acusados de haber compuesto y ayudado a lanzar, cuando no lanzado, la bomba del tamaño de una naranja que tendió por tierra las filas delanteras de los policías, dejó a uno muerto, causó después la muerte a seis más y abrió en otros cincuenta heridas graves […]”.

 

Con un análisis profundamente reflexivo, que va más allá de la mera narración de los hechos y penetra en las conciencias de las gentes, Martí analiza el desarrollo previo del movimiento obrero en la nación poderosa e injusta, que atropella al humilde nativo y al inmigrante. Poco a poco va desgranando el estremecedor relato, para luego pintar a cada uno de los mártires con breves y precisas palabras. También pinta sus vidas y les otorga el derecho a luchar por otra más digna: “[…] Quien quiera saber si lo que pedían era justo, venga aquí; véalos volver, como bueyes tundidos, a sus moradas inmundas, ya negra la noche; véalos venir de sus tugurios distantes, tiritando los hombres, despeinadas y lívidas las mujeres, cuando aún no ha cesado de reposar el mismo sol!”

 

Entonces, vuelve raudo y violento a la narración de los hechos: “[…] Tiembla la tierra; húndese el proyectil cuatro pies en su seno; caen rugiendo, unos sobre otros, los soldados de las dos primeras líneas; los gritos de un moribundo desgarran el aire. Repuesta la policía, con valor sobrehumano, salta por sobre sus compañeros a bala graneada contra los trabajadores que le resisten[...]”. Describe el terror desatado por los poderosos: “[…] Alazo cáceseles por las calles […], ¡salúdeseles a balazos por donde quiera que asomen […]”.

 

Viril, denuncia Martí el proceso judicial: “[…] Todo loque va dicho, se pudo probar; pero no que los ocho anarquistas, acusados del asesinato del policía Degan, hubiesen preparado, ni encubierto siquiera, una conspiración que rematase en su muerte […]”.

 

También denuncia el papel de los medios: “La prensa […], falseando el proceso, pinta a los siete condenados como bestias dañinas; pone todas las mañanas sobre la mesa de almorzar, la imagen de los policías despedazados por la bomba; describe sus hogares desiertos, sus niños rubios como el oro, sus desoladas viudas […]”.

 

Nada resulta nuevo: a procesos judiciales amañados y feroces campañas periodísticas para manipular la opinión pública estamos acostumbrados, ¿qué otra cosa han sido los juicios contralos Cinco y las campañas orquestadas contra Cuba, desde tiempos inmemoriales? No por gusto,el mundo entero convirtió a estos hombres enlos mártires de Chicago, no por gusto la fechase convirtió en homenaje y jornada de lucha porlas reivindicaciones obreras. No por gusto en Estados Unidos no se festeja oficialmente el 1.ode mayo. En 1893, el gobernador de Illinois indultó a los tres condenados que no habían sido ejecutados e hizo notar que la acusación fiscal nunca había descubierto quién había tirado la bomba.

 

Proféticas fueron las palabras del periódico Arbeiter Zeitung, citadas por Martí: “¡Hemos perdido una batalla […] pero veremos al fin el mundo ordenado conforme a la justicia […]!”

 

Aunque Martí no era precisamente un líder obrero y su lucha estaba centrada en el proceso de liberación nacional, dio cobertura a todo lo relacionado con los sucesos de Chicago a través de importantes medios de prensa y sus trabajos reflejan una elevada sensibilidad ante los problemas sociales de su tiempo, así como la maduración de su pensamiento sociopolítico.

 


[1]Todas las citas han sido tomadas de José Martí: “Un dramaterrible”, en: Obras completas, t. 11, colección digital, Centrode Estudios Martianos, La Habana, 2007, pp. 332-356.