José Martí es condenado a presidio

Por María Luisa García Moreno
04 de Marzo de 2022

Foto: Bestard

Al principio, la carta a Carlos de Castro pasó inadvertida; incluso, puede ser que Juan Álvarez, cela­dor que siguió el caso, quien probablemente conocía a Mariano, la hubiera dejado pasar… Lo cierto es que —por amistad o negligencia— le costó el puesto, pues el encargado de revisar el expediente recomendó su cesantía. Este funcionario, al leer la carta, consideró que es­taba escrita “[…] por un enemigo declarado de Espa­ña […]”, quien tendía “[…] a separar de su deber a un militar en campaña, delito de los más graves que co­noce la ordenanza militar […]”.1A consecuencia de ello, el 21 de octubre de 1869, José Martí fue detenido y encausado junto con Eusebio y Fermín Valdés-Domínguez y Quintanó.

 

En cuanto a la carta, durante mucho tiempo se pensó que había sido firmada por Pepe y Fermín; sin embargo, mediante la revisión de la documentación del proceso conservada en España, se ha comprobado que Martí fue su único autor. Ello explica las disparejas condenas a que fueron sentenciados ambos jóvenes.

 

Ambos jóvenes perma­necieron en la cárcel de La Habana hasta marzo de 1870. Cinco terribles y angus­tiosos meses en prisión… El día 4 de marzo, fueron sometidos a consejo de guerra a pesar de su extrema juventud.

 

A pesar de su situación, Pepe trataba de ayudar a otros y pedía libros con los que ocupar su tiempo. A la vez, trataba de calmar el dolor de sus padres. En ese sentido, escribió a su madre asegurándole que no ha­bía hecho nada y, por tanto, nada podía ocurrirle… Sin embargo, el joven Martí bien sabía de la saña del régimen colonial: sus constantes visitas a Rafael María de Mendi­ve en la cárcel, sus publicaciones, sus ideas libertarias profundamente arraigadas eran, a los ojos severos de los jueces, militares al servicio de España, pruebas más que suficientes de su posición política.

 

Por si fuera poco, durante el consejo de guerra ce­lebrado en la fortaleza de San Carlos de la Cabaña, sus vibrantes palabras de amor a la Patria y de con­dena al régimen colonial convencieron al tribunal de que estaban ante un peligroso enemigo.

 

Aquel joven de apenas 16 años de edad se enfrentó a los representantes de la opresión con valor y el valor fue interpretado como arrogancia.

 

Aunque el fiscal pedía pena de muerte, en “consi­deración” a su juventud, no la hubo; los amigos fueron condenados, a seis meses de arresto Fermín, y a seis años José Martí. El 22 de marzo seles notificó la sentencia y se le informó a Fermín que cumpliría su pena en la Fortaleza de la Cabaña; hasta el mismo 31, esperaría Pepe para que le dieran a conocer que cumpliría la suya en el Presidio Departamental de La Habana. El presidio y la cárcel radicaban en el mismo edificio; sin embargo, no tenían el mismo régimen. El joven Pepe, ya desterrado en España, compararía el presidio con el infierno de Dante.

 

Referencias:

 

  1. Raúl Rodríguez La O: Dolor infinito, Ediciones Abril, La Habana, 2007, p. 37.